Domingo 08 de Febrero de 2009 Edicion impresa pag. 18 > Municipales
Se agrava la falta de agua potable en Comallo
Pese a los pedidos de financiamiento para adecuar el sistema a las necesidades actuales, desde DPA y ARSA no dan respuestas a los reclamos de una nueva perforación.

COMALLO (AJ).- La escasez de agua que sufre desde varios años y que se agrava durante el verano jaquea cada vez más a la comunidad de Comallo. La falta de inversiones por parte de los organismos competentes para mejorar un sistema obsoleto que no brindar un servicio acorde a las necesidades de los 2.000 habitantes, no sólo preocupa a los vecinos y autoridades municipales, sino que les complica la vida.

Como la mayoría de los pueblos de la Línea Sur rionegrina, Comallo fue fundada hace 91 años y se desarrolló junto a las vías del ferrocarril. Hace más de 60 años se construyó la red de agua potable para una población de 600 pobladores. Desde entonces el sistema nunca recibió mejoras, según cuentan los vecinos. Hoy, el número de habitantes se triplicó y los problemas de abastecimiento del líquido se fueron incrementando a la par del crecimiento poblacional.

Si bien la situación data desde hace más de tres años, durante el verano, se agrava. "Hay días que no tenemos ni una gota de agua para tomar", señaló Ambrosio Muñoz, un vecino del barrio Bella Vista, uno de los que mayores inconvenientes tiene debido a que se ubica en el sector más alto de Comallo.

Desde la segunda quincena de diciembre y durante enero las temperaturas promediaron los 30 grados y los vecinos sólo tenían agua durante unas pocas horas al día. Si bien ahora hay una leve mejoría y las temperaturas descendieron, la escasez de agua continúa. Aquellos que tienen depósitos pueden juntar durante noche, cuando la presión permite que el líquido suba hasta los tanques. Los más humildes, que tienen tanques de depósito, deben juntar agua en baldes, bidones y palanganas para poder vivir.

Horacio Marilef viven en una precaria vivienda ubicada en la intersección de las calles Namuncurá y Juan De Rosas del barrio El Progreso. Su familia está compuesta por cinco integrantes quienes deben turnarse para poder bañarse. "Ni pensar en bañarnos todos los días los cinco integrantes de la familia. Un día se bañan dos, al otro día los otros y así estamos desde hace un largo tiempo. El mismo problema existe cuando hay que lavar la ropa. Hay que planificar todo porque únicamente tenemos agua durante tres o cuatro horas en la madrugada. Es un problema que se agrava cada vez más", sostuvo.

A pocos metros de la vivienda de Marilef, vive Rosa Mellado, madre de dos menores. A la mujer le preocupa la salud de sus hijos. Es que muchas veces el agua que llega desde la red sale turbia y "es la misma que utilizamos para bañarnos, lavar la ropa y para beber. Tenemos que juntarla en bidones y dejarla reposar para que el sedimento que la enturbia se deposite en el fondo. Gracias a Dios que no hemos tenido ningún problema de salud".

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