El fallo de la Cámara de Viedma sobre el caso de Lotería pretende ser ejemplificador en cuanto al manejo de las cuestiones públicas y del accionar de la Justicia frente a posibles casos de corrupción. "Conductas como las que hoy se han probado son tan punibles y despreciables como tantas otras en donde se utilizan por ejemplo los bienes públicos para financiar campañas políticas de mayor o menor envergadura, en aras de satisfacer las propias ambiciones personales.

Luego agregan que el cohecho es "un acto de corrupción. Se trata de un acto de deslealtad, la que no debe entenderse como deslealtad hacia el Estado, según sostienen algunas teorías con ciertos resabios de autoritarismo, sino con relación a los propios principios constitucionales y democráticos que hacen del Estado un instrumento de interés general". Sostienen también que "la corrupción atenta contra el prestigio de la administración pública. Los actos de corrupción suscitan en la sociedad sospecha y desconfianza perjudicando el interés colectivo". (AV)