Temperaturas abrasadoras y ventarrones se combinaron para crear un infierno mortal en el sureste de Australia, donde incendios forestales fuertes habían matado hasta el sábado a por lo menos 14 personas, además de arrasar unas 100 casas.
El número de muertos podría exceder los 40, dijo la policía estatal de Victoria, mientras decenas de fuegos avanzaron sin control durante la noche. Algunas autoridades describieron el día como el peor en la historia de incendios forestales del país.
Más de 30.000 voluntarios luchaban contra el incendio el sábado, mientras helicópteros y aviones que han arrojado millones de toneladas de agua sobre las llamas tuvieron que regresar a sus bases por razones de seguridad.
Los habitantes de las zonas hacia donde de dirige el fuego informaron que sus ciudades estaban ardiendo.
Imágenes de la televisión mostraron llamas de por lo menos 8 metros (25 pies) de altura. "Gran parte del municipio está quemándose", afirmó Peter Mitchell, un residente de la ciudad de Kinglake, en declaraciones a la cadena Australian Broadcasting Corp. "No hubo tiempo de hacer nada... cruzó en unos minutos".
Las autoridades dijeron que el caos dificultaba la recolección de información, incluyendo el número de muertos y las propiedades quemadas.
El subjefe de la policía de Victoria, Kieran Walshe, dijo que se había confirmado la muerte de 14 personas en cuatro sitios diferentes, todos relacionados con el mismo incendio en Gippsland, una región grande de cultivo salpicada por ciudades pequeñas y parques nacionales de viejos árboles de eucalipto.
El fuego mortal tenía un frente de hasta 20 kilómetros (12 millas) y se movía a alrededor de 60 kph (40 mph), dijeron las autoridades. Por lo menos 30.000 hectáreas (115 millas cuadradas) se han quemado por ese incendio.
AP.-