Viernes 06 de Febrero de 2009 Edicion impresa pag. 26 > Sociedad
Avance científico en la terapia genética

MÜNSTER/CAMBRIDGE (DPA).- Investigadores alemanes lograron "fabricar" células madre a partir de otras células propias de un paciente infiltrando por primera vez un solo gen, que además no eleva el peligro de que se desarrolle cáncer, lo que podría significar un enorme paso hacia la terapia genética.

El equipo en torno al profesor Hans Schöler, del Instituto Max Planck para Biomedicina Molecular, transformó en células madre pluripotentes inducidas (iPS, según sus siglas en inglés) células madre nerviosas de ratones adultos, informa la revista "Cell".

Para la reprogramación hasta ahora era necesaria la infiltración con al menos dos genes, uno de los cuales favorecía la aparición del cáncer. Los científicos consiguieron hacerlo ahora con sólo uno, libre de la amenaza de hacer surgir la enfermedad.

Las células iPS abren muchas esperanzas para el tratamiento médico, ya que tienen las mismas características que las embrionarias, pero sin la necesidad de destruir embriones humanos.

Se llaman "pluripotentes" porque es posible hacer crecer de ellas cualquier tejido corporal, lo que podría llevar a tratamientos para el parkinson, los infartos cardíacos o la diabetes. Tienen además otra ventaja: como se obtienen de células del propio paciente, llevan su carga genética y no son rechazadas por el cuerpo.

Ello se consigue en el caso de las células embrionarias sólo mediante su clonación terapéutica, una práctica prohibida en la mayoría de los países. Como las iPS se crean sin destruir embriones, no provocan esos dilemas éticos.

Al principio los científicos tenían que introducir cuatro genes para fabricar las células iPS, los Oct4, c-Myc, Klf4 y Sox2. El Klf4 y el c-Myc favorecen sin embargo el surgimiento de tumores cuando son introducidos de forma artificial en una célula. Por eso los científicos buscaron formas de reprogramar las células con menos genes.

En las células nerviosas de los ratones, los investigadores observaron que los genes c-Myc, Klf4 y Sox2 ya estaban activos de por sí, por lo que sólo hizo falta infiltrar el Oct4 y esperar entre tres a cuatro semanas para obtener células ipS. El Oct4 es según los científicos de Münster el principal interruptor para atrasar el reloj vital de una célula.

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