BUENOS AIRES (DyN).- Carlos Eduardo Robledo Puch, el mayor asesino serial de Argentina bautizado "El Ángel de la Muerte", continuará preso, como desde hace 37 años, ya que la Justicia de San Isidro volvió a negarle un pedido para recuperar la libertad.
Fuentes judiciales indicaron que la sala I de ese tribunal "resolvió rechazar los pedidos de libertad por agotamiento de pena y de libertad condicional formulados por la defensa" de Robledo Puch, de 57 años, condenado en 1980 a reclusión perpetua con la accesoria por tiempo indeterminado.
En esa oportunidad, tras escuchar el fallo, sentenció: "Esto fue un circo romano. Algún día voy a salir y los voy a matar a todos".
Robledo Puch, quien el miércoles cumplió 37 años en prisión y que asegura que lo "inventaron porque no había un ´Charles Manson criollo´" -en alusión al asesino estadounidense-, continuará alojado en un pabellón para homosexuales pasivos del penal de máxima seguridad de la Unidad 2 de Sierra Chica, en el centro de la provincia de Buenos Aires.
En el fallo, firmado el 30 de enero y conocido ayer, los camaristas Oscar Quintana y Ernesto García Maañón dispusieron además que "se le ofrezca al condenado la realización de un tratamiento psicológico y actividades que hagan a su formación intelectual y laboral". La finalidad es "lograr la evolución que posibilite la concreción de la meta de resocialización que pregona la Constitución Nacional". La defensora oficial de Robledo Puch, Patricia Colombo, había realizado sendos pedidos de agotamiento de pena y de la libertad condicional del acusado, por considerar que se había cumplido el plazo máximo de detención. Y planteó la inconstitucionalidad del artículo 52 del Código Penal que habilita a imponer la reclusión por tiempo indeterminado.
Al rechazar el planteo, la Cámara consideró la "nula capacitación educacional con incidencia en el plano laboral y el marcado desinterés del interno por acceder a la actividad escolar o educativa", además de no haber "desarrollado oficio alguno -admitiendo que nunca trabajó antes de su detención habiéndose dedicado a robar".
También tomó en cuenta la "carencia de contención en el afuera" de Robledo Puch, quien no recibe visitas en su lugar de alojamiento y que tampoco ha indicado "el domicilio donde residiría en caso de ser liberado".
Robledo Puch fue condenado en 1980 a reclusión perpetua con la accesoria por tiempo indeterminado, al ser hallado culpable de 10 homicidios agravados, un homicidio simple, 17 robos y dos abusos deshonestos, cometidos entre 1970 y 1972, cuando tenía entre 18 y 20 años.