BUENOS AIRES.- El conflicto gremial en el subte resurgió ayer con un paro de actividades por cuatro horas, en repudio a una violenta agresión que sufrieron trabajadores de la línea D que realizaban un "plebiscito" para definir la creación de un nuevo sindicato, independiente de la Unión Tranviarios Automotor (UTA).
El grave incidente dejó como resultado seis heridos, tres trabajadores, que serían delegados en ejercicio por la UTA, detenidos por las agresiones, y miles de pasajeros que volvieron a quedar en medio de la pulseada sindical y no pudieron viajar.
Sindicalistas que impulsan la creación de un nuevo gremio acusaron al Consejo Directivo de la UTA de haber "mandado" a una treintena de personas que bajó, pasado el mediodía, de una formación en la estación Congreso de Tucumán y atacó a golpes y palazos a trabajadores que participaban en una asamblea alrededor de la urna donde se debía "votar".
Roberto Pianelli y Claudio Dellecarbonara -ex delegados que fueron desplazados el año pasado en una votación avalada por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada- denunciaron que hubo seis heridos, tres de los cuales sufrieron fracturas, y que los agresores llegaron "con palos, puñales y hasta armas de fuego".
El jefe de la UTA, Roberto Fernández, intentó desvincularse del hecho, afirmó que su gremio "condena toda actitud agresiva", pero aclaró que los trabajadores deben hacer un plebiscito "lo tienen que hacer afuera" del subte.
La pulseada gremial de ambos sectores pasó ayer a un nuevo escenario, ya que la violenta agresión y la pelea se produjo en medio de una estación, frente a los usuarios y ante dirigentes de otras extracciones, como la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas, el diputado nacional por el SI Eduardo Macaluse, el titular de la CTA Capital, Fabio Basteiro, y hasta el actor Gastón Pauls, entre otros.
La medida de fuerza comenzó minutos antes de las 13 en la línea D, donde se produjo el violento incidente, y se extendió lentamente al resto de los ramales y el Premetro, hasta que cerca de las 15 quedó paralizado toda la red, que diariamente utiliza más de un millón de personas.
El paro de actividades derivó en contratiempos para los habituales pasajeros que, en medio de una lluvia tenue pero persistente, debieron optar por los colectivos, los trenes y taxis, ante la imposibilidad de viajar por el subte.
Los delegados declararon el final de la protesta y el servicio se reanudó a las 16.47, tras asambleas en cada línea, en la que los ex delegados desplazados por la UTA el año pasado volvieron a fortalecerse y a denunciar la existencia de "patotas que quieren impedir la libertad sindical".
Por la violenta agresión tres trabajadores del subte, que serían delegados por representación de la UTA fueron detenidos por la Policía Federal, acusados de haber participado de los incidentes.
