Juan Schiaretti, peronista aliado de Kirchner, y Hermes Binner, socialista opositor, manifestaron a Cristina Fernández suspender o reducir los tributos a las exportaciones del grano, que rinden millonarias ganancias al Estado.

El gobernador de Córdoba solicitó el cese del tributo por tres meses o una reducción de entre 5% y 10% en la alícuota que se aplica a las ventas externas de soja, principal producto exportable del país sudamericano, una potencia alimentaria.

En tanto, el mandatario de Santa Fe pidió la suspensión por seis meses de las 'retenciones' (tributo a exportaciones) a la soja y otros granos, impuesto que en 2008 estuvo en el centro de un duro enfrentamiento entre el gobierno y los productores agropecuarios.

Córdoba y Santa Fe producen un 60% de la soja argentina, cuya siembra cayó en la campaña 2008/2009 a 16,5 millones de toneladas, 100.000 toneladas menos que en la anterior, como consecuencia de la sequía, según datos oficiales.

Argentina es líder mundial en exportaciones de harinas y aceites de soja, y tercero en ventas externas del grano de la leguminosa, cuya siembra ocupa más de 50% del área plantada del país.

Las exportaciones de soja tributan un 35%, pero el año pasado el gobierno impulsó un proyecto para instalar un sistema de impuestos móviles, que fue rechazado por las entidades patronales agropecuarias, que lideraron una huelga de cuatro meses, que concluyó cuando el Parlamentó sepultó la polémica medida.

Sin embargo, la sequía que vive Argentina, la peor en casi cien años, revitalizó el conflicto, y los productores amenazan con tomar nuevas medidas de fuerza, en un año marcado por las elecciones legislativas de octubre, que pondrán a prueba el poder político de Kirchner.

En tanto, el gobierno se resiste a modificar el mapa de las 'retenciones' a la soja, en un escenario donde los líderes de la protesta agropecuaria, dialogan con la dirigencia opositora, que apoyó su reclamo fiscal, para sumarse a las listas de candidatos en octubre.