| ||
Dolor y bronca en el sepelio de Agostina | ||
Cerca de 1.500 personas despidieron los restos de la joven asesinada de más de 22 puñaladas. Escenas desgarradoras se vivieron el la sala velatoria y en el cementerio. "Tengo el corazón partido, mi hijita era mi sol", dijo la mamá a la multitud. | ||
Unas 1.500 personas -entre las que fueron al velatorio, las que salieron a las puertas de sus casas y las que llegaron al cementerio- despidieron hoy en Fernández Oro desde las 11 los restos de la jovencita Agostina "Agos" Mazzina (17), asesinada el sábado de más de 22 puñaladas. Una puñalada, la letal, fue directamente en el cuello, al medio de la yugular y todas las demás del ataque se registraron de frente, del torso hacia arriba. Esto ocurrió en su dormitorio, en la planta alta de su domicilio, en Pueyrredón 151. Allí vivía con su mamá, Doris Fernández, y su hermana Mariana (16). Un hermano, Emmanuel (18) habita con sus abuelos. El papá, Mario Mazzina, con el matrimonio roto, se había trasladado a San Luis y llegó ayer por este atroz suceso que mantiene en vilo, consternada y furiosa, a la comunidad de Fernández Oro. Escenas desgarradoras se vivieron el la sala velatoria. "Mire, mire, cómo dejaron a mi hijita. Dios, que han hecho", clamaba la mamá Doris, sin consuelo y bañada en llanto. El hermano de la víctima, Emannuel, se las tomó con el padre, quien no respondió a determinados agravios. Luego, ese hermano golpeando las puertas del coche fúnebre y rodeado de amigos decía "vieja, los voy a encontrar y los voy a matar. Eso la "calle" no lo hace. Los voy a matar", gritaba, en un típico lenguaje. En el cementerio, ubicado lejos del casco urbano, se repitieron las escenas de dolor. La mamá, Doris, fue la única que le habló al gentío. "Tengo el corazón partido. Mi hijita era mi sol. Era buena, cariñosa, estudiosa. Asimiló todo lo que le enseñamos y lo que aprendió de sus profesores, de sus compañeros", dijo, y casi conminó a los vecinos a que no hagan marchas ni movilizaciones pero sí que "digan lo que sepan, por favor. Si alguien sabe que lo diga". Respecto de la causa se manejaban, en reserva, datos considerados importantes, y hubo "hallazgos" en el cuarto del terror donde apuñalaron a Agostina. La fiscal Rita Lucía, en tanto, dejó su lugar, por turno, a José Rodríguez Chazarreta. El fiscal y el juez Gustavo Herrera estaban constituídos en Fernández Oro y se llevaban a cabo diligencias, aunque hasta el momento, infructuosas en cuanto a dar con el o los responsables del salvaje crimen. Mientras, vecinos dijeron que el gobierno de la provincia debía constituir un "comité de emergencia" para "parar la ola de muertes" y que se termine la violencia "contra nuestros hijos". Agencia Cipolletti | ||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||