Antes de enfrentarse en la final de Melbourne (en el este del país se jugará cerca de las 5:30 de hoy), Roger Federer y Rafael discreparon. ¿En qué?

En la norma del nuevo código mundial antidoping que obliga a los deportistas de alto nivel a dar su localización exacta durante una hora al día los 365 días del año.

"Sé que es molesto, pero a mi me gustaría que fuéramos un deporte limpio y por eso estoy de acuerdo", dijo Federer un día antes del choque número 19 ante "Rafa", como él mismo se refiere a Nadal.

"Es un cambio significativo con respecto a lo que estábamos acostumbrados antes, así que pienso que llevará algún tiempo acostumbrarse", añadió. "Pero ésa es la forma en la que uno va a atrapar (a los tramposos). No va a atraparlos diciéndoles: ´Miren, me gustaría hacerles un test en un par de días", advirtió.

Nadal, por el contrario, calificó el sistema como una "vergüenza" y "una falta de respeto a la intimidad". El número uno del mundo, además, dijo que la voz en el vestuario era "unánime". Federer y Nadal son presidente y vicepresidente, respectivamente, del consejo de jugadores de la ATP. ¿Polémica en puerta?