EL BOLSÓN (AEB). Un grupo de unas 15 personas rodearon la vivienda que ocupa una comunidad mapuche en la zona de El Foyel, cuyos integrantes estuvieron en pánico hasta que amaneció ya que temían que les prendan fuego con los bidones de combustible que portaban.

El hecho ocurrió en la madrugada del miércoles último y recién tomó trascendencia pública ayer, al ser denunciado por referentes de Las Huaytekas.

Se trata de un predio "recuperado" por las familias Buchile, Oyarzo y Calfú, quienes el 6 de enero pasado tomaron posesión de lo que consideran una ocupación ancestral de su grupo indígena, en un lugar cordillerano de increíble belleza natural, a orillas de un río, y con alto valor inmobiliario.

"Los Buchile soportaron con angustia esta pesadilla, que se suma a otras situaciones de intimidación y amenazas que se viven en el territorio recuperado desde principios de año", confirmó un huerquén (vocero) de la comunidad aborigen tras la tensa situación que vivieron frente a las amenazas.

Las fuentes consultadas orientan la hipótesis de sus sospechas hacia "el encargado del anterior ocupante", un empresario radicado en Bariloche.

El campo en cuestión está a unos 40 kilómetros al norte de El Bolsón y, según relataron, "en el transcurso de la primera semana la familia se encontró con la sorpresa de que la tranquera de ingreso al territorio se encontraba clausurada con candado, lo cual les impedía el ingreso y lo peor aún, la salida de quienes se encontraban adentro".

En tal sentido, decidieron retirar el candado y entregarlo en la comisaría 12, pero dos días después, "el mismo personaje insultó y amenazó con un arma de fuego a Gustavo Buchile y a otras personas, mientras trabajaban en la reapertura de un canal de riego que originariamente utilizaban los bisabuelos".

Los datos recabados por "Río Negro" y difundidos incluso por las agencias "Indymedia Argentina" y "Prensa del Pueblo", indican en concreto que "en la madrugada del 28 de enero, alrededor de las 2, un grupo de aproximadamente 15 personas descendieron de varios automóviles con bidones en la mano y rodearon la vivienda de la familia, además de enfocar el sector con la luz de los autos".

Esta situación "se mantuvo por el termino de media hora aproximadamente. Luego parte del grupo se retiró y el resto permaneció por varias horas en el lugar".

Los ocupantes dijeron que no se animaron a salir. "Soportamos con angustia esta pesadilla en el interior de la vivienda. En las primeras horas de la mañana, cuando el resto de la familia llegó al lugar, la tranquera de ingreso estaba nuevamente cerrada con dos candados", precisaron al tiempo que hacían una denuncia policial.

Según contaron los mismos protagonistas, "alrededor del medio día se acercó al lugar el hijo del supuesto dueño a disculparse por lo que habían hecho, aclarando de que había sido él, su hermano y sus empleados, entre ellos el encargado del predio en conflicto, quienes alteraron la tranquilidad de la familia en la madrugada".

El joven también habría justificado que las razones de su actitud estuvieron fundadas "a raíz de una comunicación telefónica que mantuvo con el encargado, quien le dijo que un camión con varios integrantes de la comunidad estaba cruzando el río, supuestamente con la intención de ingresar a las viviendas que allí se encuentran".

Vinieron desde Bariloche

Ante los hechos, los jóvenes tildados por los mapuche como "agresores" optaron por venir desde Bariloche para verificar lo que estaba sucediendo: "Cuando llegamos lo primero que hicimos fue buscar al camión pero no lo encontramos. Los bidones que teníamos era combustible para el grupo electrógeno, no tienen sentido las acciones violentas, esto lo va a resolver la justicia... A mí sólo me interesan las viviendas que construimos, no me interesa el campo porque no vivo de él, reconozco los derechos ancestrales de la familia Buchile", habría dicho el joven ante la comunidad.

Sin embargo, más allá de comprometerse "a evitar cualquier acción violenta que intente su encargado de aquí en adelante", el hijo del anterior dueños de las tierras criticó la recomendación del delegado de tierras, quién le habría sugerido que "la mejor solución para este conflicto era que cargue el camión con mucha gente, un par de bidones con combustible y les prenda fuego a los Buchile. Le solicité que me lo de por escrito pero me dijo que no lo podía hacer", aclaró el joven sobre la situación.

A fin de reafirmar la ocupación, desde la comunidad Las Huaytekas partieron después hasta el paraje para concretar una ceremonia mapuche en la puerta de la casa que -aseguran- casi quemaron.