SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Una familia de Buenos Aires que estaba alojada en un complejo de cabañas del oeste, debió recibir asistencia médica en la noche del viernes por una severa intoxicación gástrica que no demandó internación pero les impidió disfrutar de su última jornada en la ciudad.
Al parecer, el día anterior recorrieron distintos paseos céntricos y almorzaron en un puesto ambulante. El malestar que comenzó el viernes, a hora temprana, afectó al matrimonio y uno de los hijos, y los obligó a permanecer en reposo en el bungalow donde se alojaban.
El susto y padecimiento de los turistas se hizo mayor cuando la intoxicación -cuyo origen no pudieron precisar- y el encierro provocaron el desmayo del padre. El hijo menor del grupo, que no sufrió malestar alguno, corrió a pedir ayuda a los propietarios de alojamiento.
Cerca de las 22, un móvil de Bomberos Melipal y el servicio de ambulancias del Sol brindaron asistencia médica a la familia que se repuso sin necesidad de trasladarse a ningún centro de salud. Ayer retomaron su itinerario turístico y partieron hacia Villa Traful para continuar sus vacaciones en la región de los lagos.
El propietario de los bungalows "Las Gaviotas", Roberto Fontana, se mostró preocupado por la falta de controles más estrictos en materia de alimentación y otros servicios que ponen en riesgo la salud de turistas y residentes.
"Al turismo tenemos que cuidarlo entre todos" dijo el empresario que se quejó porque "a nosotros nos exigen de todo para funcionar y en contrapartida hay vendedores ambulantes que trabajan sin ningún tipo de control y son un peligro real".