El obispo inglés Richard Williamson, quien revolucionó a la Iglesia con su negación del Holocausto, da misa en latín todos los domingos a fieles de los preceptos conservadores de su congregación, la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X. El perfil de su audiencia son familias con muchos hijos, adherentes de la consigna de que no debe usarse ningún método anticonceptivo ni preservativo en las relaciones sexuales. Las mujeres deben ir con pollera y cabeza tapada. El cura habla de espalda a los presentes.
Williamson y otros tres obispos de la Fraternidad -creada por el controvertido arzobispo francés fallecido en 1991 Marcel François Lefebvre- habían sido excomulgados por el papa Juan Pablo II por oponerse al Concilio Vaticano II y a las doctrinas reformistas de la Iglesia Católica.
Pero hace una semana el papa Benedicto XVI dio vuelta la decisión, medida que el Rabinato israelí consideró una provocación y obligó a Benedicto a condenar el antisemitismo y solidarizarse con los judíos.
El periódico "Perfil" intentó adentrarse a la congregación de La Reja y hablar con el obispo, pero le fue imposible. A través de testimonios, pudo confirmar que Williamson se esconde en la edificación imponente rodeado de un inmenso campo.
Está a la espera de una posible remoción de su cargo en el seminario Nuestra Señora Corredentora, según señalan las versiones, pero la Iglesia argentina nada ha dicho al respecto.
La publicación determinó que el colegio de la congregación recibe 200 chicos de todas las clases sociales.
"Los que pueden pagan una retribución, pero la mayoría no lo hace. La educación que les brindan se corresponde con sus mandatos ortodoxos: no se habla de sexo, no pueden ver televisión y la limpieza y el orden son principios fundamentales", señala una mujer que vive en el templo.
Agrega: "Son todos buenísimos, dan comida tres veces por semana a todo el que lo pida, ayudan económicamente a los padres que no pueden pagar la escuela, no sé por qué Williamson dijo eso, habrá sido un error".
A partir del revuelo informativo, los curas dejaron de salir a caminar por el dique y evitan todo contacto con gente de fuera de la comunidad, menos con medios de comunicación.
Un carpintero contratado para hacer arreglos en la casona colonial de la congregación confía a "Perfil": "Los curas viven como reyes ahí adentro, es impresionante el lujo que hay en los materiales de construcción y decoración y también en la comida. Tienen proveedores que traen alimentos del exterior y comen salmón con el mejor vino".
Como informó "Río Negro", las últimas expresiones conocidas de Richard Williamson fueron cuando lamentó las "angustias y problemas" causados al papa con sus declaraciones "imprudentes" sobre el Holocausto. a través de una carta publicada en su blog, Dinoscopus.