LA PAZ, Bolivia (AFP) - Santos Ramírez, presidente de la estatal petrolera YPFB y muy allegado políticamente al presidente Evo Morales, es investigado por sospechas de que está relacionado en un supuesto soborno de una firma boliviano-argentina, en una trama en que hay traición, un asesinato y 450.000 dólares robados.

Ramírez negó estar vinculado con el caso. "Son mentiras y calumnias, en el momento en que sea convocado estaré para aclarar´´, dijo Ramírez ayer, pero admitió que sus parientes políticos están bajo investigación.

La Cámara de Senadores -controlada por la oposición- y el viceministerio de Lucha Contra la Corrupción investigarán si Ramírez está implicado en el cobro de una supuesta coima de la empresa boliviano-argentina Catler Uniservice, que se adjudicó en julio pasado la construcción de una planta separadora de gas en el este de Bolivia, por un monto total de 86 millones de dólares.

Las sospechas del hipotético pago salieron a luz pública luego de que el empresario Jorge O´Connor Darlach, gerente de Catler Uniservice, fuera asesinado el martes en La Paz, tras arrebatarle 450.000 dólares que acababa de sacar del banco. O´Connor fue baleado cuando entraba a la casa de dos cuñados del presidente de YPFB.

El presidente del Senado, el opositor Oscar Ortiz, señaló que se conformó una comisión para investigar el asesinato de O´Connor "y obviamente todas las complicaciones con relación al manejo de dinero". La viceministra Anticorrupción, Nardi Suxo decidió abrir una investigación "toda vez que habría indicios de hechos de corrupción".

Según las primeras indagaciones policiales, los autores intelectuales del robo de 450.000 dólares y muerte de O´Connor son los hermanos Fernando y Ernesto Córdova, el primero estrecho colaborador del propio empresario asesinado y a quien acompañó a sacar el dinero. Ellos están detenidos, al igual que 6 personas que confesaron su participación.

Cinco días antes del crimen, YPFB habría hecho un pago de 4,5 millones de dólares a Catler Uniservice, como pago de un contrato para construir la planta de gas. Ramírez -que fue presidente del Senado en 2006-, es uno de las influyentes dirigentes del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS). Tras dos días de silencio, Ramírez defendió el contrato firmado entre YPFB y Catler Uniservice. Cuando se firmó el contrato para construir la planta separadora de líquidos, medios locales pusieron en duda la capacidad y experiencia de una empresa desconocida.La dirección que dio la empresa está la residencia particular en Cochabamba de un ciudadano argentino.