"Fue uno de los mejores partidos". Esta frase, tan enfática, cobra mucho valor escapada de los labios de Rafael Nadal, una suerte de gladiador contemporáneo en el mundo del tenis. El español, junto a su compatriota Fernando Verdasco, asombraron a todos con una semifinal impactante, epica e histórica. Ese partido, que duró 5 horas y 14 minutos y se convirtió en el más largo jamás jugado en el Abierto australiano, dejó al mallorquín a un juego de ganar su quinto "grande". Claro, enfrente estará Roger Federer, con el que ya disputó siete finales de GS.
Esta semi inigualable terminó 6-7 (4-7), 6-4, 7-6 (7-2), 6-7 (1-7) y 6-4, con Nadal derrumbándose en la cancha del Rod Laver Arena como si hubiese ganado el partido de su vida. Sólo el final fue indigno de un choque vibrante como pocos. Verdasco concedió la victoria con una doble falta.
Para España será inolvidable este torneo de Melbourne. Primero, porque el número 1 del planeta (22 años) será el cuarto jugador de ese país en disputar una final en Australia, y los tres anteriores (Juan Gisbert, Andrés Gimeno y Carlos Moyá) fracasaron en el intento. Segundo, debido a que Verdasco (25 años) se va de allí como número nueve del mundo y con la convicción de que puede medirse con los mejores.
Ayer, más allá del final, lo hizo de manera valiente, casi rozando el suicidio: logró 52 golpes ganadores, pero sólo concedió cuatro puntos de rotura y únicamente cometió 25 errores no forzados frente a los 76 de su rival.
Verdasco nunca había superado los octavos de final de un Grand Slam en su carrera y jamás se había metido en el "top 10" de la lista de la ATP. Pero algo cambió en su cabeza en los últimos dos meses, después de ganar la Copa Davis en Argentina y tras su fugaz visita a Las Vegas, donde se puso en manos del mexicano Gil Reyes y conversó con su ídolo de juventud, Andre Agassi. En octavos eliminó al británico Andy Murray y en cuartos al francés Jo-Wilfred Tsonga.
"Este partido lo tendré en mi mente toda la vida. Es triste haber perdido, pero tengo que estar orgulloso. Con "Rafa" hay que ganer los puntos tres veces. Hace cosas que los demás no hacen", elogió Verdasco.
Federer, que busca su cuarta corona en Melbourne, se enfrentará ahora al embrujo del español, al que no vence hace más de un año. Pero tendrá que hacerlo mañana si quiere pasar a la historia e igualar los 14 títulos del "grandes" de Pete Sampras.
El suizo apenas necesitó dos horas para ganar el jueves al estadounidense Andy Roddick. "Conforme van pasando los minutos está claro que la final cada vez se complica más. No hay por qué esconderlo", señaló Nadal, que apenas tendrá tiempo de recuperación. La final será un hito pase lo que pase: si gana Nadal, se convertirá en el primer español en alzar el título en Melbourne.
Si lo hace el "Expreso suizo", llegará al record de Sampras. Y todo ello para alegría de la afición australiana, nueva sede de un duelo que está haciendo historia en el tenis. Será otra gran batalla.