Viernes 30 de Enero de 2009 Edicion impresa pag. 30 > Policiales y Judiciales
Exigieron justicia por dos crímenes en Cipolletti
Unos 700 vecinos apoyaron ayer a los padres de David Oliva y Eduardo Mello, dos jóvenes asesinados hace poco en Cipolletti. Pedirán a funcionarios provinciales mayor seguridad.

CIPOLLETTI (AC).- Una gran cantidad de vecinos -había más de 700 personas- participó anoche de la marcha clamando por justicia, en un contexto de dolor y mucha bronca, por los crímenes de los jóvenes David Oliva (20), quien recibió un balazo el el barrio 1.200 Viviendas a fines de diciembre, y Eduardo Mello (19), asesinado el 21 del corriente en un camino del paraje Santa Elena, cercano al Anai Mapu, con un balazo en la nuca con un arma de grueso calibre.

La marcha empezó en la esquina de Sarmiento y avenida Alem y finalizó en el escenario de la plaza San Martín, en una caminata de más de diez cuadras al grito de justicia. Aparte de Marcelino Oliva y Rosa Rodríguez, padres de David, y de los progenitores de Eduardo, Jorge Mello y Rosa Espinosa, subieron al escenario Ulises González, el papá de María Emilia y Paula, dos de las tres víctima del primer triple crimen; familiares de la jovencita Otoño Uriarte, muerta en Fernández Oro; y de César Palacios (28) quien también fue asesinado en el barrio Pichi Nahuel.

"Consolar a los padres es imposible. Y lo digo yo que con mi familia llevamos un dolor eterno desde hace más de 11 años. No hay que bajar los brazos y debemos seguir luchando por la justicia y por la seguridad de todos los jóvenes", clamó Ulises.

En la marcha se mezclaban niños, jóvenes, gente mayor y padres con sus bebés en brazos, desafiando la alta temperatura porque se inició alrededor de las 19.30 y finalizó pasadas las 21.

Las expresiones más sentidas corrieron de parte de los papás de las dos víctimas en las que se centró la movilización. Jorge Mello hizo llorar a muchos cuando dijo que este "es un momento duro, mi corazón sangra. Pero tengo fuerzas. Es aberrante lo que está pasando en Cipolletti pero todos debemos poner nuestro granito de arena".

"No tenemos explicación para lo que ha pasado. Criamos a nuestro hijo honesto, trabajador, respetuoso. Y miren lo que le sucedió. Debe haber justicia para que los chicos y jóvenes puedan caminar tranquilos y regresar a sus casas. Vamos a ser muy fuertes, con la ayuda de Dios. La delincuencia no nos puede vencer", manifestó. Eduardo concurría a una iglesia evangélica, uno de cuyos fieles leyó una emotiva carta.

Marcelino Oliva, el papá de David, anunció que se ha comenzado a juntar firmas a fin de elevarle un petitorio al gobernador, al ministro de Gobierno y a los legisladores para que no haya impunidad legal para los menores que delinquen.

Fue muy duro y directo. Mencionó, de forma crítica, a la familia de uno de los dos presuntos asesinos de su hijo -están internados en el hogar Pagano de Viedma pues son menores de edad- y dijo que uno de ellos, el de la familia cuestionada, "ya está en Cipolletti".

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