NEUQUÉN (AN).- "Me llamaba todos los domingos, y cuando venía nos traía desde dinero, a ropa y regalos. No sólo a nosotros, sino a sus amigos y hasta a algún vecino. Los chicos siempre fueron su debilidad". Noelia Olga es la madre de Mario Palacios, el instructor de tenis de mesa que fue salvajemente asesinado en noviembre de 2003 en Toluca, México, donde residía ejerciendo su actividad. Ayer, junto a su hija Graciela -Patricia y Mónica completan la familia- y su yerno Jorge, esposo de ésta, adelantó que el fin de semana definirán si inician acciones legales para que se esclarezca definitivamente el hecho.

"Sería una manera de cerrar esta parte de la historia, de tener al menos la tranquilidad de saber qué pasó realmente. Porque hasta fin del año pasado, cuando vinieron los periodistas mexicanos, nosotros teníamos sospechas, nunca nos imaginábamos que pudiera haber sido que lo mataran como lo hicieron", dijeron.

La decisión de pedir la investigación está tomada, pero naturalmente procurarán asesorarse para saber cómo deben actuar, ante quién y cómo.

Como se publicó en la víspera, una investigación periodística de la revista "Chilango", de Toluca, denunció que Palacios habría sido matado por encargo del entonces gobernador de Toluca, Arturo Montiel Rojas, porque lo habría engañado con su joven y bella esposa, la francesa Maude Versini.

"No puede ser que nadie nos dijo que pasó con su auto, un Atos cero kilómetro rojo; su seguro social; sus ahorros; su relación laboral con el club en el que estuvo cinco años. Eso por un lado, por otro queremos que se esclarezca el hecho, se sepa quiénes fueron los autores", añadieron.

Noelia no cree que su hijo haya sido víctima de un ataque por haberse relacionado con Versini. Aunque recuerda que en sus charlas telefónicas, Mario le contó que tenía una alumna francesa. "Pero él tenía su novia, que incluso me ha seguido llamando para mi cumpleaños", recordó.

A los Palacios le generaron, desde el comienzo, mucha desconfianza el rol que jugaron tras el hecho Roberto Depietris -primo hermano de Mario- y Avelino Gutiérrez, un docente que vivía a los pocos metros y se fue a vivir a México junto a Mario.

"Gutiérrez y su familia estaban en la casa. Tras el hecho, según nos dijeron, les dio mucho miedo y se volvieron a Neuquén. Cuando lo fuimos a ver para que nos dijera qué pasó con Mario, no nos convenció su versión", señalaron. Con Depietris las dudas son aún mayores. "Vino con el cadáver, pero en el velorio se mostró alejado y nunca habló con nosotros", señalaron.