BUENOS AIRES (ABA).- A pesar de las quejas de los principales representantes de las agrupaciones agropecuarias, el polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, continuará siendo el encargado de repartir por las provincias los millones de pesos en subsidios destinados a los productores afectados por la sequía. A Néstor Kirchner no le preocupan las denuncias de la dirigencia del agro, que alertó ante un posible acto de "clientelismo" realizado por Moreno en el reparto de cheques a productores, sino que piensa justo lo contrario que los ruralistas: cree que esta nueva misión del "Napia", como le dicen a su funcionario preferido, puede ayudarlo a limpiar su imagen entre los hombres del agro que antes lo odiaban, según contó un funcionario que integra el círculo ortodoxo de la intimidad K.
"La idea de Kirchner es simple: a Moreno la gente del campo lo detesta, pero de golpe ven que el tipo viaja al interior del país y les entrega cheques y forraje gratis para que puedan afrontar la sequía. La ayuda les llega del que menos se lo esperaban", relató el funcionario, que dice repetir palabras de su jefe máximo. "Esto es un premio para Moreno, una revancha. La imagen que tiene ya es pésima y peor no le puede ir".
El análisis del santacruceño se completa con otra idea: está convencido de que cada vez son más los ruralistas que se dan cuenta de que, si se hubiesen implementado las retenciones móviles, hoy estarían pagando mucho menos de impuesto a las exportaciones: "De a poco se van dando cuenta de que ni Moreno es tan malo ni era tan mala la resolución 125".
Kirchner celebra lo que llama -según fuentes con acceso a la Quinta de Olivos- este "cambio de escenario". Por eso modificó su estrategia con el campo. El gobierno ya no confronta de manera feroz con ruralistas. Sólo acusa a la Mesa de Enlace de buscar intereses políticos, pero ya no se realizan críticas generales a la "oligarquía del campo". Los mensajes para las bases son conciliadores: "Si le va mal al campo, le va mal al país", repiten el jefe de Gabinete, Sergio Massa, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo.
Kirchner está convencido de que la instrumentación de la emergencia agropecuaria, que posterga el pago de impuestos por un año, fue la vuelta de página definitiva en el conflicto agrario: "Demostramos que el gobierno trabaja sobre los problemas y que escucha los reclamos. No somos la Alianza ni tampoco queremos que el conflicto continúe por tiempo indeterminado", explicó un funcionario cercano al proyecto.
Según pudo saber "Río Negro", Kirchner instruyó a sus funcionarios para que ante cada presentación mediática y en cada reunión con la dirigencia agraria sólo se hable de las medidas que se tomarán a futuro. Quiere enterrar en el pasado la guerra gaucha del 2008. Los más duros voceros mediáticos K durante ese conflicto, como los piqueteros Luis D´Elía y Emilio Pérsico, tienen prohibido volver a hablar del tema. El único "verdugo" del campo que permanece en funciones es Guillermo Moreno. Pero ahora su misión no consiste en castigar sino en repartir cheques millonarios.
Por NICOLÁS WIÑAZKI