SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La nauseabunda mancha marrón que cubrió el balneario de Melipal el miércoles por la tarde no era otra cosa que líquidos cloacales crudos, que llegaron al lago por una falla en una estación de bombeo del colector oeste.
La información fue confirmada a "Río Negro" por el delegado local del DPA, Gabriel Sora, que señaló que la descarga "duró entre las 19 y las 20.30" y que "no hay dudas de su origen, fue una falla del sistema cloacal".
En contrapartida fue imposible comunicarse con las autoridades del Servicio de Saneamiento de la CEB mientras que la entidad madre se negó a brindar cualquier información sobre los ocurrido. Tampoco el subsecretario de Medio Ambiente, Luciano Signore, se enteró en tiempo y forma del vertido, recién tomó conocimiento de lo ocurrido ayer, a través de los medios de comunicación.
La llamativa descarga registrada en Melipal no fue la única de la jornada. Pocas horas antes se produjo una "fuga de espumas" de la planta depuradora, ubicada al este del casco urbano, que permaneció flotando sobre las aguas y fue divisada por vecinos del lugar.
Sora relató que "hay una estación de bombeo del colector cloacal en el km 4,800 de Bustillo, que se llama Los Retamos, que sufrió alguna falla eléctrica por lo cual el sistema de bombeo que está siempre funcionando se paró y no se encendió la segunda bomba que está de repuesto con lo cual desbordó al área de playa que está en esa zona".
El organismo siguió de cerca la evolución del derrame porque la Cooperativa informó la situación en cuanto detectó la falla y volvió a dar aviso cuando logró rehabilitado el servicio. El funcionario destacó que existe un plan de contingencia pero que "por alguna falla no funcionó".
Los esfuerzos técnicos se concentraron en la reparación del sistema de bombeo pero nada se hizo con la líquidos crudos volcados al Nahuel Huapi que el viento impulsó hacia la costa.
La inesperada masa de detritos que llegó a la concurrida playa pasada las 19 provocó malestar entre los bañistas que salieron presurosos del agua, espantados por el mal olor, la turbiedad que adquirió el lago en cuestión de minutos.
El vuelco accidental registrado el miércoles dejó expuesta la falta de un sistema de alerta que informe a la población la presencia detritos concentrados en el agua y le advierta los riesgos sanitarios del caso.
Sora reconoció la falencia y admitió que "es un punto que hay que trabajarlo cuanto antes porque genera un riesgo sobre la gente que está en el agua".
El funcionario evaluó que en esta oportunidad el volumen del vertido fue "muy chico" porque tan solo hay 30 conexiones pero que, en un tiempo más, cuando aumente el uso del sistema cloacal el riesgo puede ser alto.
La definición del sistema de alarma requerirá la realización de un trabajo conjunto entre la CEB, el DPA, el municipio, Parques Nacionales y Prefectura que debería articularse cuanto antes.
En tal sentido Signore anticipó a este diario que planteará "un requerimiento para protocolarizar la información tanto de contingencia como la programática".