El presidente de Estados Unidos, Barack Obama,firmó una nueva ley que facilita las denuncias de las mujeres a sus patrones en caso de discriminación salarial respecto de los varones y después criticó con inusitada dureza a los directivos de Wall Street que se adjudicaron bonus multimillonarios a sí mismos al mismo tiempo que solicitan ayuda al Estado para afrontar la crisis.
Las decisiones se producen después que Obama se anotara el primer round en su pelea para lograr un plan de reactivación económica ante la Cámara de Representantes, aunque sin el voto de los republicanos, que prometen resistir el proyecto en el Senado. (ver infografía)
En tanto, la lucha de una mujer jubilada culminó ayer con una ceremonia en la Casa Blanca cuando Obama rubricó la ley llamada Lilly Ledbetter, como la mujer que abrió un proceso judicial en Alabama después de descubrir que durante décadas recibió un sueldo inferior al de los hombres en su fábrica.
"Es un hermoso día. Resulta notable que con la primera ley que firmo (...) se confirme uno de los mayores principios de esta nación: que todos fuimos creados iguales y que cada uno merece la oportunidad de buscar su propia versión de la felicidad", dijo Obama.
Ledbetter estuvo junto a la primera dama Michelle Obama y a la secretaria de Estado Hillary Clinton.
En tanto, el presidente calificó de "vergonzozas" las bonificaciones de los ejecutivos de Wall Street, tras reunirse con el el secretario del Tesoro, Timothy Geithner. Según el controlador del Estado de Nueva York, los directivos de las entidades financieras concedieron 18.400 millones de dólares en bonus a sus empleados en 2008. La cifra es 44 % menor respecto al año anterior, pero para Obama sigue siendo desmesurada. "Eso es el colmo de la irresponsabilidad", sentenció molesto y pidió a las entidades de Wall Street que piden ayuda "que muestren algo de contención, algo de disciplina y algún sentido de la responsabilidad".