Roger Federer está cada vez más cerca de hacer historia. Cuando Pete Sampras logró su Grand Slam número 14, la mayoría pensó "nunca más". Error, porque el suizo está a un partido de copiar al fenomenal tenista de Estados Unidos. Rafael Nadal y Fernando Verdasco, que jugarán en las primeras horas de hoy, son los únicos que pueden impedirlo, después de que Federer venciera a Andy Roddick: 6-2, 7-5 y 7-5.
El suizo, que el año pasado perdió el uno a manos de Nadal tras más de cuatro años en lo más alto, hace tiempo que compite por entrar en la historia. En cada GS suma alguna marca, pero la más importante es esa de 14. Ayer alcanzó su final número 18 en un grande, con lo que igualó a Pete y se puso a una de Ivan Lendl.
Ante Roddick, que ha perdido 16 de sus 18 partidos con Federer, el suizo jugó su decimonovena semifinal de GS consecutiva. Y en los últimos 18 torneos o bien ganó el título o bien perdió contra el posterior campeón.
A sus 27 años, Federer jugará el domingo por acercarse un paso más a la categoría de mejor tenista de la historia. "Quizá me convierta en el más grande en la era abierta", dijo el suizo después del partido. "Pero nunca de todos los tiempos", remató.
En el país de Rod Laver y Ken Rosewall, Roger mostró esa deferencia hacia los tenistas que abrieron el camino a lo que el tenis es hoy: un deporte superprofesionalizado en el que se mueven millones de dólares en premios y patrocinios. "Probablemente nunca se sabrá quién es el mejor de todos los tiempos, y eso lo hace más interesante", siguió.
"A no ser, claro, que alguien venga y gane 35 Grand Slams". Federer no llegará a esa cifra, pero según aseguró el mismo Sampras, "conseguirá 17 o 18".
"Volverá a ser el número uno y romperá mi récord. Y posiblemente lo hará en Wimbledon", agregó el estadounidense.
Roddick había ganado a Federer el último partido que disputaron, el año pasado en Miami. Sin embargo, la 2009 parece haber empezado de manera muy diferente para el suizo.
En 2008, una mononucleosis tiró ya por tierra en la primera etapa su anhelo de lograr el Grand Slam: ganar los cuatro grandes en el mismo año. Federer perdió en semifinales de Australia y no recuperó el estado físico hasta bien entrada la temporada. Después llegaron las derrotas ante Nadal en las finales de Roland Garros y Wimbledon, y la pérdida del número uno.
El título en el US Open pareció poco para un hombre que había ganado al menos dos GS en los cuatro años anteriores. En 2009, sin embargo, el suizo parece en perfecto estado físico y está a un paso de la gloria. (DPA)