NEUQUÉN (AN).- Los asesinos hicieron tirar al piso a quienes atendían la panadería y a los ocasionales clientes, pero al neuquino Mario Palacios lo llevaron al baño y pese a las súplicas -"¡Soy argentino, no me maten. Tengo un hijo!", les gritó-, le descerrajaron un tiro en la cabeza. Fue llevado de inmediato al hospital de Toluca, México, pero a la media hora murió.
A cinco años del crimen que en ese momento se reportó como un asalto, una investigación de la revista "Chilango", de aquella ciudad, involucra seriamente al entonces gobernador del estado de Toluca, Arturo Montiel Rojas, consignando testimonios que indican que sería el responsable de la muerte de Palacios.
¿Por qué ese crimen por encargo? Por despecho: el joven neuquino, entonces de 35 años, habría seducido a la joven esposa del funcionario y mantenían una relación furtiva. La mujer, Maude Versini, era una bellísima joven varios años menor que su esposo, de origen francés, que conoció a la víctima en un encuentro protocolar y luego pasó a ser su alumna en el deporte.
Poco después se comentó en altos círculos de la ciudad que los gemelos que había tenido Maude tiempo después, no serían hijos de su esposo sino del instructor de tenis de mesa.
La mujer, embarazada, había llegado a la embajada francesa pidiendo protección y denunció que había sido golpeada por orden de su cónyuge.
"No, fueron dos disparos", dijo ayer Patricia en la puerta de la casa familiar, en el barrio Gregorio Alvarez. Es una de las tres hermanas de Mario -las otras son Graciela y Mónica, todas mayores que el joven. La diferencia de tiros que dio la versión oficial, fue una de las pocas cosas que la familia supo hasta hace un par de semanas, cuando un periodista de la revista "Chilango", del país azteca, las visitó para conocer otra parte de la historia de la víctima e hizo otras revelaciones.
El 28 de noviembre de 2003 -"a las 10 de la mañana", dijo Patricia- Palacios, que estaba en el club Toluca -reservado desde hacía cinco años ejerciendo como instructor del deporte que desde muy niño fue su pasión, el tenis de mesa- fue sorprendido en lo que las crónicas policiales reportaron como un intento de atraco. Pero no le sacaron nada.
Palacio había llegado a Toluca a través de un primo suyo, futbolista, Roberto Depietri, quien le abrió las puertas para desarrollar su actividad.
Y muy pronto se destacó en su condición de entrenador. El momento de gloria fue cuando uno de sus dirigidos obtuvo títulos importantes y el gobernador y su esposa lo agasajaron. Allí se conocieron, se dice, Mario y Maude.
La investigación cita testimonios del dueño y el mozo de un hotel, en los que señalan que los enamorados fueron vistos en una habitación donde se alojaron. En otra ocasión los vieron en el marco de un encuentro de figuras de la política internacional, en un restaurante.
Quienes mantenían contacto con Palacios dijeron que el joven nunca les confió nada respecto de una relación con la mujer.
"Los argentinos tienen mucho ´pegue´ con las mujeres en Toluca", le dijo un alumno de Palacio a los periodistas, para explicar que no resultó extraña la versión del noviazgo clandestino.
"Nosotros nunca supimos que había habido una mujer por medio, recién lo supimos ahora, cuando vino el periodista mexicano", dijo ayer Patricia.
"Mi papá -Julio- murió poco después de la muerte de Mario. Para mí fue por tristeza", dijo Patricia. Añadió que su mamá, Noelia, atraviesa en este momento un grave cuadro de salud y no duda en atribuirlo a "lo que nos enteramos recién ahora, esto de la mujer y que lo habrían mandado a matar".
"Herida penetrante por proyectil de arma de fuego en cráneo. Sin hijos", está asentado en el libro del Registro Civil de Toluca sobre el deceso de Palacios. Los periodistas remarcaron que fue evidente que nadie impulsó investigar el crimen del instructor.
A raíz de ese hecho Montiel Rojas se vio obligado a abandonar su idea de candidatearse para la presidencia. Pero probablemente fue el golpe de gracia, porque otras informaciones lo involucran en hechos de corrupción.