SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Veinte años después del primer estudio de transporte urbano de la ciudad, que aportó un sistema preciso para la actualización del cuadro tarifario, el municipio sigue sin una fórmula precisa para definir el valor del boleto.

Ayer el intendente Marcelo Cascón reconoció la necesidad de trabajar en la definición de una fórmula que resuelva las divergencias mantenidas con las prestadoras del servicio público.

El mandatario delegó la tarea en "los técnicos del Ejecutivo" sin hacer ninguna mención al trabajo realizado en 1989 por los consultores de La Plata, Chiarle-Delucci-Tauber.

Quien sí reconoció la importancia y calidad del trabajo ignorado por las sucesivas gestiones municipales, fue el directivo de la empresa Tres de Mayo, Manuel Carrasco, que sostuvo que "la fórmula desarrollada por (Abel) Chiarle era impecable".

Consultado por "Río Negro" el transportista relató que "en el municipio se perdió y nosotros rescatamos una copia pero el problema es que está en Lotus. Hay gente del Centro Atómico (Bariloche) que podría hacer la actualización pero...". El interrogante tácito fue "para qué actualizarlo".

El Ejecutivo mira con desconfianza el trabajo técnico por estar en manos de las empresas y contar con su aprobación. Ningún funcionario mostró interés por conocer el alcance del programa realizado por los consultores que contrató y pagó el municipio.

En marzo de 2001 este diario denunció la "misteriosa desaparición" del primer estudio de transporte urbano, contratado a finales de los 80 por el Concejo Municipal, que costó algo más de $ 50.000.

El entonces director de Tránsito y Transporte, José Alonso, confirmó a "Río Negro" la desaparición de los estudios, el sofware para cálculo estadístico de los servicios y el programa informático para la fijación de tarifas, que estaba cargado en una computadora donada por Altec y era operado por personal municipal.

"Cuando asumí -durante la gestión de Atilio Feudal- no había nada, ni las estadísticas, ni el programa, ni las carpetas del estudio", dijo Alonso, que acompañó la elaboración del trabajo en su anterior paso por la repartición y conocía en detalle sus bondades.

El trabajo inicial, realizado durante la segunda gestión de Edgardo Gagliardi, fue actualizado dos años después por Chiarle, en el marco de una segunda contratación.

Ninguno de los dos estudios llegó a instrumentarse por los sucesivos traspasos de funcionarios y gobiernos y, para peor, la actualización también se perdió y debió ser "rastreada" durante la malograda gestión de Feudal. En ninguna de las dos oportunidades hubo responsable o explicaciones de lo ocurrido.