SAN ANTONIO OESTE (ASA).- Un joven de 31 años denunció que fue golpeado por dos oficiales de la comisaría Décima de esta localidad, que se movilizaban junto a una cadete de la fuerza en una camioneta perteneciente a esa comisaría.
Según la denuncia, el hecho se produjo ayer alrededor de las 2 de la madrugada, cuando Julio Juan Huaracán se dirigía a su domicilio, luego de compartir una cena con unos amigos en una vivienda ubicada a dos cuadras de su casa.
El hombre, que llevaba consigo una cámara filmadora de su propiedad, relató que fue interceptado por el vehículo, desde el cual lo llamaron para requerirle sus datos.
Ante ese requerimiento, el sujeto, que manifestó conocer a los tres ocupantes del rodado porque es hermanastro de un policía que se desempeña en la misma comisaría, se acercó y dio su nombre, alegando igualmente que sabían de quién se trataba.
Sin embargo, el joven explicó que al hallarse a media cuadra de su vivienda el móvil lo cruzó nuevamente aunque esta vez los oficiales y la cadete se bajaron, y mientras la mujer policía lo despojó de la cámara, los dos uniformados lo empujaron contra la camioneta y comenzaron a propinarle fuertes en la espalda y en una de sus nalgas.
La presencia de un grupo de vecinos que estaban en la puerta de las casas linderas al domicilio del denunciante y la aparición de un grupo de familiares que acudió ante los gritos del muchacho, provocó, según el denunciante, que los uniformados interrumpieran la feroz golpiza.
"Desde allí el muchacho fue llevado por sus conocidos al hospital local, donde certificaron los golpes y su estado de lucidez, para aventar por completo cualquier argumento vinculado a que estuviera en estado de ebriedad, y luego fue a la comisaría a radicar la denuncia, aunque no sólo no se la tomaron, sino que ni siquiera los dejaron ingresar", manifestó José Aphal, el abogado del joven.
Por su parte, el subcomisario Cristian Martínez, que al ser consultado sobre el tema aún no tenía la denuncia en su poder debido a que fue radicada a última hora de la tarde, mencionó que al hombre, durante esa madrugada, se le había labrado un acta contravencional.
El subcomisario reconoció que "el patrón del joven, que se desempeña en una distribuidora de bebidas local, se comunicó conmigo durante la mañana para relatar el supuesto episodio de violencia, y lo convoqué para que se presentara junto a su empleado y al abogado interviniente para radicar la denuncia.
Sin embargo, la presentación de la denuncia se realizó en el marco de una tensa espera, ya que el comisario Carlos Pazos, primero se excusó debido a un fuerte dolor de estómago y regresó casi una hora y media después a cumplir con la firma del escrito, ante el estupor de los amigos del denunciante que se quejaron en la puerta de la unidad policial por la evidente indiferencia de la máxima autoridad policial de la ciudad.