Una infección urinaria, un catarro o una gripe son enfermedades inocuas para la madre durante el embarazo, pero pueden comprometer el desarrollo del bebé en las primeras 20 semanas de gestación, según un informe médico.
El Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) presentó un trabajo sobre las patologías de la madre que pueden afectar al bebé para concientizar a las embarazadas sobre la necesidad de extremar las precauciones y acudir al médico, ante cualquier síntoma que aparece durante el embarazo, aunque parezca leve. Inés Olmo, integrante de la Unidad de Medicina Maternofetal del IVI de Valencia, indicó que "las infecciones urinarias son muy frecuentes en el embarazo debido a las modificaciones anatómicas que se producen durante la gestación y que favorecen a la proliferación de gérmenes".
Olmo señaló que "en muchas ocasiones esas infecciones pasan desapercibidas, pero en otras presenta síntomas como la necesidad urgente de ir al baño, dolor o quemazón al orinar o una presión en la zona baja del vientre".
La especialista sostuvo que "la infección en la orina puede estar relacionada con un aumento del riesgo de parto prematuro, aunque diversos estudios sostienen que esta relación sólo se da en los casos más graves".
"Ésa es la razón por la que se repiten los análisis de orina cada trimestre y en caso de que haya sospecha de infección, se opta por un antibiótico para su tratamiento", puntualizó.
Explicó que "los gérmenes que ocasionan una infección leve en la madre pueden pasar al feto a través de la placenta y suponer una amenaza para su desarrollo, especialmente durante las 20 semanas del embarazo, cuando se forman los órganos del bebé".
Las enfermedades con peores consecuencias para el feto que puede contraer la madre son la rubeola y la varicela, por eso es importante la vacunación masiva de las mujeres contra esas patologías.
Los estudios médicos indican que el 25% de los bebés cuyas madres contraen rubeola durante el embarazo sufren algún problema.
(Télam)