Domingo 25 de Enero de 2009 Edicion impresa pag. 42 > Cultura y Espectaculos
Un "Calendario" de estados sentimentales
Variantes del amor menos roqueras y sin batería. En su cuarto CD habla más directo y sin metáforas.

BUENOS AIRES.- La cantante Rosario Bléfari editó "Calendario", cuarto disco en su etapa solista después de liderar el grupo Suárez, en el que ofrece un almanaque cuyos días y semanas se cuentan de manera subjetiva, más o menos intensos, más o menos felices, según el estado sentimental de sus protagonistas.

Se trata de un disco menos roquero, mucho más vinculado a sensaciones y estados de ánimo relacionados con diversas variantes del amor, en el que Bléfari estableció un vínculo muy estrecho con las artes visuales, y especialmente con los cuadros del artista plástico Matías Perego, autor de las pinturas incluidas en el arte de tapa y el diseño interior.

"El título del disco tiene que ver con un calendario, pero en el sentido de tratar de medir el tiempo de algo que está más acorde con una marea sentimental que con una grilla matemática o regular", explicó a Télam Bléfari, que además de cantante es actriz y escritora.

Para la artista, "´Calendario´ rompe de alguna manera con la seguidilla de discos más roqueros que venía haciendo. Eso se debe en parte a la ausencia de la batería en las canciones. Es un disco que tiene algo como suspensión y esta cuestión muy temática de los desencuentros".

"A partir de que el baterista no quiso tocar más, pensé otro disco para hacerlo sin batería. Los ritmos son ´loops´ que armé yo misma, cosas que recorté y pegué, y otras que tienen que ver con la técnica del collage y me liberaron de tener que encontrar un nuevo baterista para seguir adelante", reveló.

En relación a las temáticas que aborda en esos temas, Bléfari afirmó que "este nuevo disco ofrece una mirada a través de un filtro sentimental, una mirada bastante afectada y una visión distorsionada del tiempo".

"Es una percepción que tiene que ver con lo que es la atención desplazada y con un presente invadido por los deseos y la ansiedad, la necesidad de estar en otro lado y la sensación de estar allá antes de llegar", explicó la artista.

Y agregó: "La parte oscura es que toda esa desavenencia íntima entre pasado, presente y futuro produce una angustia y una taquicardia, que sin embargo también tiene una forma placentera, porque se manifiesta como un motor creativo".

Abocada continuamente a la palabra, tanto en la elaboración de las letras de sus canciones como en sus escritos de ficción y sus notas periodísticas, Bléfari afirmó que "estoy probando muchas cosas para escribir, pero especialmente distintas técnicas de collage".

Explicó que "todas las canciones tienen un revés secreto, pero en estas intenté usar menos la metáfora, para decir las cosas más explícitamente. Las letras hablan con claridad, pero de todos modos, en el futuro no quiero perder la poesía ni la metáfora".

"Acá le hablo un poco a todos. Yo sólo quiero que me quieran y cuando no me lo dicen lo reprocho en una canción. No es una persona en particular, en realidad el impulso que habla siempre es el de aquel que necesita ser querido y que todo el tiempo se lo estén diciendo", señaló la artista.

"Se trata de una persona a la que apenas le falta el cariño de los demás se enoja, llora, sufre y patalea. Son reclamos amorosos a todos sin distinción, el reclamo amoroso del bebé, que busca la tolerancia total y pide el amor incondicional", precisó Bléfari.

Para ella, estas canciones "tienen madurez afectiva cero. Están todas mis necesidades expuestas: el deseo físico y el afectivo, el deseo de la tolerancia en el capricho, ser amado a cualquier hora y con todos los defectos, ser dejado solo cuando uno quiere estar solo, pero sin que lo dejen de querer. Esa es la voz la que habla en las canciones".

La cantante, que además es actriz, admitió que en sus recitales "la actuación influye mucho en mi forma de interpretar las canciones. Me encanta cuando un arte usa las maneras de las otras y por eso adhiero a un espíritu lúdico para poder usarlas de una manera ingenua y menos profesional".

"Por ejemplo -añadió- las artes visuales son muy importantes para mí, sobre todo cuando escribo".

"Le doy mucha importancia a la grafía de la escritura, a los cuadernos y las palabras, casi como si fuera una partitura en la que la distribución de las palabras en el espacio generan tiempo y ritmo". (Télam).

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