A esta altura del receso pasado, Boca y River presumían de sus abultadas chequeras arrasando con lo mejor del mercado para reforzar sus filas. Pero la crisis global también afectó a los dos grandes.

Esta noche, el primer superclásico del 2009 se jugará sin caras nuevas. Los eternos rivales coinciden en un mismo lema acorde a los tiempos que corren: "si no hay ventas, no se compra´´. Y pese a considerarse vidrieras de lujo, hasta aquí no se han desprendido de ninguna figura con destino europeo.

"Se viene un año durísimo. River no es sólo fútbol, hay toda una estructura deportiva detrás que hay que mantener´´, admitió el dirigente Mario Israel. Por consejo de economistas, River conformó un comité de crisis para enfrentar el nuevo escenario.

En el caso de River, por ahora el único rostro nuevo es el del técnico Néstor Gorosito, que dirigirá su primer superclásico. Desde principios de enero, la dirigencia busca contratar a Cristian Fabbiani, aún sin éxito. Hace poco más de un año, Boca puso 15 millones de dólares para repatriar a JR Riquelme, una operación récord para el fútbol argentino. Crisis mediante, hoy le cuesta estirarse hasta los 500.000 dólares que pide el Getafe para adquirir a Roberto Abbondanzieri.