Sábado 24 de Enero de 2009 Edicion impresa pag. 24 > Internacionales
Bolivia define su futuro al votar la nueva constitución

"Vota por Dios, vota por NO". Ése fue uno de los eslogan que usó la oposición boliviana en la campaña para el referéndum de mañana por la nueva constitución.

Desde ayer se acallaron las voces, se dejó paso al silencio que garantice la reflexión, aunque hubo algunos incidentes aislados entre militantes "evistas" y opositores, pero sin gravedad. La campaña cerró el jueves por la noche con un acto opositor en Santa Cruz de la Sierra, la segunda ciudad, la más rica, el epicentro de los movimientos secesionistas de la Media Luna (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija).

El cierre del campo del SI fue en Cochabamba, con una enorme movilización de cientos de miles de personas, aunque también hubo otra menor en La Paz.

Es que, al mismo tiempo, el jueves se cumplían tres años de mandato del primer presidente indígena de Bolivia, el aymara y ex dirigente cocalero Evo Morales Ayma. Y también se presentó en público el nuevo diario estatal Cambio. "Agresiones, humillaciones y mentiras tras mentiras de algunos medios de comunicación nos obligaron a crear este diario", dijo el propio Morales, luego de que tres niños canillitas le entregaran un ejemplar.

En sus dos primeros días, Cambio agotó su tirada de cinco mil ejemplares, en formato tabloide y con 24 páginas divididas en dos cuerpos y que se vende a dos bolivianos (un peso), la mitad de lo que cuestan los demás diarios. El "vota por Dios, vota por el NO" se basa en la intervención directa de la Iglesia Católica en la campaña opositora. En su último discurso antes de las elecciones, Evo dijo: "El nuevo texto reconoce la libertad religiosa, garantiza la libertad de creencia y de práctica privada y pública, como me había pedido la Conferencia Episcopal. ¿Por qué apoyan una propaganda mentirosa?".

Es que el campo del NO ha divulgado proyectos falsos de constitución, y puso énfasis en decirle al electorado cosas como que "si una persona tiene dos casas, el gobierno le va a quitar una".

El presidente subrayó que la nueva constitución reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia y señaló que los partidarios del NO "intentan meter miedo a los ciudadanos".

La oposición política se opone al texto por considerarlo excluyente y tendencioso hacia La Paz y los indígenas.

En este sentido, lo más importante es que la nueva constitución da un salto de calidad único en el mundo, porque el Estado no se limita a reconocer los derechos a los pueblos originarios sino que se autodefine como un Estado plurinacional y multiétnico, lo que garantiza también la educación en la propia lengua, entre otras conquistas.

También se propone un régimen de autonomías para los pueblos originarios y para las regiones, además de contemplar una sola reelección presidencial. De hecho, si se aprueba el domingo el nuevo texto, el próximo 6 de diciembre habría elecciones presidenciales.

Pero quizá lo más importante de esta nueva constitución es el límite que establece al latifundio. Además de aprobar o no el texto, los casi cuatro millones de ciudadanos habilitados para votar, deberán elegir si quieren que el límite para que una persona o empresa tenga tierras debe ser de cinco o diez mil hectáreas. Con el remanente se encarará una reforma agraria destinada a beneficiar a campesinos sin tierra.

En este contexto, todos los cálculos anuncian una aprobación de la nueva constitución cercana al 70 por ciento. Estos datos no desatan demasiada discusión.

Quizá la primera incógnita sea cuál será el resultado en los departamentos adversos a Evo: Santa Cruz de la Sierra, Tarija, Beni, Pando y Chuquisaca.

La segunda incógnita es saber qué sucederá si en alguno de esos departamentos (o en todos) gana el NO pero a nivel nacional gana el SI. ¿Acatarán los opositores la nueva carta magna?

El peligro de choques violentos y desestabilización está latente en una Bolivia siempre convulsionada, y que mañana enfrenta un hito en el proceso político de cambios profundos que encarna desde hace tres años el presidente Evo Morales.

 

MARIANO SARAVIA

Especial para "Río Negro"

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