El presidente Barack Obama ya ha logrado su primera victoria contra los demagogos antiestadounidenses de todo el mundo: los ha puesto a la defensiva gracias a que en muchos casos tiene una imagen más positiva que ellos en sus propios países.
Ya antes de que se sentara por primera vez en su despacho de la Casa Blanca el miércoles, la buena imagen de Obama en Latinoamérica y otras partes del mundo le ha dado una ventaja inicial sobre quienes describió en su discurso inaugural como "aquellos líderes de todo el mundo que tratan de crear conflictos o de culpar a Occidente de los problemas de sus propias sociedades".
La buena imagen de Obama en el resto del mundo ha colocado a muchos líderes antiestadounidenses -incluyendo el presidente narcisista-leninista venezolano Hugo Chávez- en la incómoda posición de tener que escoger entre bajar el tono de sus insultos cotidianos contra Washington o quedar descolocados ante sus propios pueblos.
Aunque hay que esperar unos días para ver qué dicen las encuestas sobre la popularidad de Obama en el exterior después de su asunción al cargo, hay indicios de que es bastante grande. Consideren los siguientes datos:
Una encuesta de la BBC, realizada entre 17.356 personas de 17 países y publicada el día de la asunción presidencial de Obama, revela que una mayoría del 67% se mostró optimista acerca de que el nuevo presidente mejorará las relaciones estadounidenses con el resto del mundo. Esa cifra implica un aumento de 21% sobre quienes pensaban así cuando se realizó la misma encuesta hace seis meses.
"Cuanto más familiarizada está la gente con Obama, más parece aumentar el optimismo", dijo Steven Kull, director del Programa de Actitudes Políticas Internacionales (PIPA) que realizó la encuesta.
En México, el 76% de los encuestados por el periódico "Excelsior" pocos días atrás cree que las cosas serán mejores con Obama. La consulta telefónica realizada por la empresa BGC reveló que el 78% considera que Obama es una persona "confiable", el 75% lo describió como "cercano al pueblo", el 74% lo calificó de "admirable" y el 86% de "inteligente".
Aunque no hay datos recientes sobre la popularidad de Obama en Venezuela, los encuestadores venezolanos dicen que podría ser mayor que la de Chávez.
Oscar Shemel, director de Hinterlaces, me dijo en una entrevista telefónica desde Caracas que, "si nos remitimos a lo que la gente en las encuestas considera como el líder ideal, Obama encaja perfecto".
Señaló que "la gente está buscando a alguien conciliador, que venga de abajo y que le tienda la mano a todos, que una a la gente". Y agrego: "Chávez tiene un 47% de valoración positiva. No me extrañaría para nada que Obama logre lo mismo o más".
De manera que no es del todo sorprendente que Chávez, a pesar de que Obama lo criticó en una reciente entrevista, mostrara una inusual mesura a la hora de responderle al nuevo presidente estadounidense.
Advirtiendo que "nadie se haga aquí ilusiones pues se trata del imperio norteamericano", Chávez, de todas maneras, expresó su esperanza de que la llegada de Obama a la Presidencia "marque un cambio de verdad en las relaciones de Estados Unidos con los países del Tercer Mundo".
El presidente de Bolivia, Evo Morales, un seguidor de Chávez que recientemente expulsó al embajador estadounidense y suele culpar a Washington por todos los males del mundo, dijo que por primera vez en Estados Unidos "un hermano negro ha ganado democráticamente" la Presidencia y "siento que todo el mundo cambiará".
La presidenta argentina Cristina de Kirchner, una aliada de Chávez que se encontraba en visita oficial a Cuba el día de la asunción de Obama, habló positivamente sobre el discurso inaugural que, según dijo, confirmaba las "buenas expectativas" suscitadas por el nuevo mandatario estadounidense.
"Cristina de Kirchner podía pensar, con razón, que una foto con (el ex presidente George W.) Bush le restaba votos, pero ahora es evidente que una con Obama se los suma´´, escribió el analista político Rosendo Fraga en el periódico argentino "La Nación".
Mi opinión: Obama ganó el primer round de su inminente combate contra los demagogos en Latinoamérica y en todo el mundo. Y apostaría a que -a medida que las encuestas de los próximos días empiecen a reflejar el impacto mundial de su advertencia a los autócratas en su magnífico discurso inaugural de que "sus pueblos los juzgarán por lo que puedan construir, no por lo que destruyan"- su imagen positiva aumentará aún más.
ANDRÉS OPPENHEIMER (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Periodista argentino.
Analista internacional. Miami.