El destierro de Caranta divide las aguas
Por La Boca, nunca nadie imaginó que la exclusión de Mauricio Caranta del primer equipo podría traer tanto arrastre. ¿Cuál es el motivo insalvable por el que el DT Carlos Ischia ha desterrado sin miramientos a Caranta? Día a día se suman nuevos capítulos a una historia que comenzó en la previa del partido entre Boca y Estudiantes en el pasado Apertura, cuando el arquero se negó a atajar aduciendo problemas personales nunca aclarados y que aún hoy son un misterio.
A consecuencia de la tirante situación entre el arquero y el entrenador, afloran otras cuestiones que no siempre involucran a los actores principales de la novela. Ayer, mientras desde Tandil los jugadores de Boca coincidieron mayoritariamente en desear una solución favorable para su compañero, aunque sin tomar una posición sobre el tema, el vicepresidente tercero, Juan Carlos Crespi, despojado recientemente de facultades para encargarse de temas futbolísticos en el club, responsabilizó a Ischia y al manager Carlos Bianchi, de tener un manejo equivocado del conflicto con Caranta al no dejarlo entrenar con la primera división en Tandil.
Con sus críticas, Crespi, quien junto al vice segundo, José Beraldi, fueron los más afectados por la contratación de Bianchi como manager, hizo un tiro por elevación al presidente Jorge Amor Ameal, génesis de la vuelta del ´Virrey´. "No fue una decisión de la comisión directiva que no participe Caranta. Fue una decisión del técnico con el manager cuando los jugadores vinieron de vacaciones y el técnico le dijo al señor Bianchi que no lo quería más a Caranta. Ahí fue cuando se rompió la cadena, cuando se podía haber arreglado el tema buscando una solución", sostuvo Crespi por radio Del Plata.
Si bien aludió que tal vez el cuerpo técnico "pueda tener razones" en la decisión de desafectar al arquero, Crespi, de pasado gremialista, enfatizó que "Caranta no asesinó a nadie y es un laburante" y aseguró que de haber estado él en las tratativas "lo hubiera manejado de otra manera".
El club del trueque, de Núñez a Rosario
"Fabbiani ya es un referente de River sin haber jugado". La frase que tiró ayer ´Pipo´ Gorosito sobre la figura del ´Ogro´, despejó todo tipo de dudas, por si quedaba alguna, de que para el entrenador de River, el ´9´ de su equipo debe ser el aún delantero de Newell´s.
Claro que la entidad rosarina, como en un cuento de nunca acabar, le puso condiciones al deseo ´millonario´: quiere de vuelta a Santiago Salcedo.
El atacante guaraní se transformó en el protagonista de un entuerto que lo postula como termómetro, en el que parece que si el jugador accede a regresar a Rosario para vestir la casaca rojinegra Fabbiani llegaría a River, y todos felices, de lo contrario se caería la negociación.
Ayer, Salcedo se mostró molesto por estar en el medio del desembarco de Fabbiani a Núñez. "Si a mi no me quieren, no me voy a quedar" dijo el paraguayo por el que River pagó una importante suma de dinero y tiene un año de contrato por delante.
La posibilidad es que Salcedo acceda a volver a Newell`s pero también existe la chance de que River consiga medio millón de dólares de algún grupo empresario, para que los dos atacantes sigan en el club y también se sume el defensor Nicolás Spolli, otro de los jugadores que pretende tener Gorosito.
Asimismo, el guaraní tomó distancia de las negociaciones y el posible trueque con Salcedo. "No me corresponde a mí hablar de eso. Salcedo es un gran jugador", sostuvo el técnico.
Salcedo, que rindió poco en River, fue claro al mencionar que nadie de la entidad de Núñez se acercó a hacerle propuesta de canje, y confió que las cosas cambiarían si los directivos "millonarios" se acercan a hablar con el.
Por su parte Gorosito, después del ´piropo´ que le lanzó a Fabbiani, tomó distancia de las negociaciones entre ambos clubes por el posible trueque con Salcedo. "No me corresponde a mí hablar de eso. Salcedo es un gran jugador", sostuvo el técnico.
Las negociaciones entraron en un cuarto intermedio de 48 horas a pedido del club de Núñez. Según se supo, el encuentro entre los presidentes Aguilar y Lorente fue ameno y el acuerdo ahora parece cercano.