Cuando el calor ambiente supera la temperatura corporal (37º C) el organismo puede verse en problemas para regularla a través de la transpiración. A este estado se lo llama agotamiento por calor y suele darse clásicamente por insolación o por el ejercicio físico intenso.

El agotamiento da señales claras, pero si no se les presta atención pueden derivar en un golpe de calor, cuando la temperatura corporal supera los 40º C y pueden provocarse fallas cardíacas, hepáticas o renales, por lo que se requiere urgente atención médica.

Para prevenirlas, cardiólogos, pediatras y nutricionistas coinciden en una serie de medidas básicas.

? Beber tres litros de agua por día. Aunque no se tenga sed. Si se hace algún ejercicio físico intenso hay que beber 1 ó 2 vasos 15 ó 20 minutos antes y también mientras ejercita.

? Prestar especial atención a los niños. Son más vulnerables por lo cual hay que ofrecerles constantemente líquidos de beber sin que lo pidan y agregarle un poco más de sal a los alimentos. En los lactantes, la mamá debe ofrecer el pecho con más frecuencia los días de mucho calor.

? Moderar el consumo de alcohol y de comidas grasas. Este es un punto clave porque pueden ser un riesgo tanto los excesos como las dietas adelgazantes. Ingerir alimentos variados ricos en proteínas magras, vegetales y frutas.

? Usar ropa cómoda y holgada. El algodón, por ejemplo, es una tela que facilita la evaporación por la piel. La ropa de colores claros refleja la luz solar, al contrario de la ropa de color oscuro que la absorbe y hace que la persona tenga más calor.