NEUQUÉN (AN).- Los gremios que representan a los empleados de los hospitales públicos marcharán hoy a la Casa de Gobierno, en el contexto de su segundo día consecutivo de paro en los hospitales públicos.
Ayer realizaron una radio abierta junto al acceso del hospital Eduardo Castro Rendón, que sumó una pésima noticia anteayer, cuando siete cirujanos oficializaron su renuncia, porque no están de acuerdo con la conducción del sistema, a la que le reclaman la compra de insumos y aparatología.
ATE, en medio de la radio abierta, pidió que los empleados lleven cubiertas para encenderlas cerca del edificio sede de gobierno; la semana pasada la dirigencia del sindicato había afirmado que podría instalar piquetes en las arterias que lo rodean.
La de hoy es la última de las tres jornadas lanzadas por los trabajadores: el viernes fue la primera, el lunes hicieron asambleas y ayer volvieron con una medida de fuerza, que impactó principalmente en la atención ambulatoria.
El conflicto recrudeció cuando finalmente la provincia no otorgó la suba de salarios básicos que dos ministros, Daniel Vincent, de Salud y Wálter Jonsson, de Desarrollo Social, iban a gestionar con el gobernador.
En su lugar la provincia otorgó un incremento para todo el personal que realice guardias durante tres meses, hasta marzo, un período donde suelen haber inconvenientes para cubrirlas.
El argumento para declinar la posibilidad de una suba salarial sigue siendo el mismo: el de la falta de la claridad en cuanto a lo que recaudará Neuquén en 2008, con la caída del barril de petróleo y la incertidumbre financiera que afecta al país, en el contexto de la inestabilidad macroeconómica.
Al margen de la puja salarial, los empleados de toda la provincia siguen buscando que el gobierno incorpore nuevos trabajadores para cubrir las vacantes que hay en el sistema por el éxodo de recurso humano a las clínicas privadas.
Hay 130 profesionales que dejaron sus puestos en los últimos años, y esto ha tenido impacto en el nivel de las prestaciones.
Entre otros factores, esto también provocó un crecimiento en las contrataciones de prestaciones a las clínicas privadas.
El año pasado, pese a que se registró una baja en las derivaciones, unos 16.000 pacientes debieron ser trasladados a una clínica por fuera del sector público.