Si depende de su optimismo, su confianza y su tranquilidad, Fernando Alonso tiene en esta nueva temporada de F-1, antes de la primera carrera el 29 de marzo en Australia, medio título de campeón en el bolsillo.
Mientras realiza en Portugal los primeros tests conjuntos del año, sólo la palabra Ferrari le quita al español la permanente sonrisa del rostro: "Hace cinco años que tengo que responder a esa pregunta", dijo el doble campeón mundial visiblemente enfadado.
"No hay nada que decir de Ferrari", afirmó y completó con ironía: "Tal vez, si ganamos dos o tres carreras, nosotros nos olvidemos de Ferrari".
El español resaltó que "pienso en Renault, en el hoy y no en el 2010, 2011, 2012 ó 2013".
"Mi objetivo es ganar el título mundial de pilotos y el de constructores. El nuevo coche puede ganar", afirma con mirada seria y desafiante, conciente de la presión que se impone a él y a su equipo.
Hoy Alonso no "siente" la presión de estar en el centro de las atenciones, de tener que ser el mejor.