RÍO COLORADO (ARC).- La ciudad ha recuperado uno de los edificios históricos que marcaron una época en el desarrollo de este asentamiento poblacional. Enclavada en la esquina de Juan B. Justo y Rivadavia, la estructura conocida como la Casa del Reloj ha rejuvenecido y actualmente se la puede ver, elegante, dictando las horas desde las alturas.
A partir de un emprendimiento comercial, se ha refaccionado este verdadero mojón de la historia doméstica que tiene más de cien años de existencia y, con ello, se mantiene vivo un valor de excepción para esta comunidad.
Sin dudas que bajo su alto techo habrá cobijado sueños y esperanzas, que entre realidad e imaginación devuelven un testimonio irrebatible a los ojos contemporáneos. Hoy su imagen engalana una de las esquinas céntricas de Río Colorado, con ropaje y colores nuevos pero conservando la sobriedad de una estructura testigo de la historia de esta ciudad.
El edificio fue construido en 1907, con altas y gruesas paredes. Precisamente en la parte más alta del frente que forma la ochava, sobre la puerta de entrada y en la parte superior de la estructura, tenía como ornamento un círculo de ladrillos salientes que semejaban la esfera de un gran reloj, motivo por el cual los vecinos de aquella época la designaban como "La Casa del Reloj". Esta denominación le quedó por muchos años y se fue manteniendo, aunque en menor medida, en los más memoriosos vecinos de la ciudad.
En honor a aquel simbólico ornamento que le dio el nombre al edificio, los actuales ocupantes de la propiedad respetaron la arquitectura de la época, conservando la similar forma de la fachada original. Y como un verdadero toque de modernidad que compatibiliza la intersección de lo clásico con los tiempos actuales, en lo alto un enorme reloj marca la hora de la ciudad.