Martes 20 de Enero de 2009 Edicion impresa pag. 43 > Cultura y Espectaculos
Alfredo Zitarrosa, a veinte años de su muerte

Su voz, su guitarra y la poética tristeza de sus canciones le dieron un lugar en la cultura rioplatense. Alfredo Zitarrosa, que nació el 10 de marzo de 1936 como el hijo natural de Jesusa Blanca Nieve Iribarne (Blanca), de 19 años, murió el 17 de enero de 1989 en Montevideo.

Su madre lo registró con el nombre de Alfredo Iribarne y lo dio "a criar" al matrimonio de Carlos Durán y Doraisella Carvajal. Durán-Carvajal frecuentan la zona rural cercana a Trinidad, capital del Departamento de Flores por lo cual el niño Alfredo aquilata una experiencia que lo marca en su repertorio tanto en los ritmos, especialmente las milongas, como en su contenido, como en "y aunque el caballo esté sano/lo cuida de la garganta/que, aunque el caballo no canta/lo ha de tener siempre a mano.

Al cursar el liceo en Montevideo, pasa a vivir con su madre, Jesusa, y su esposo Alfredo Nicolás Zitarrosa, argentino, de quien recibe el apellido.

Alfredo Zitarrosa transita por distintos empleos, entre ellos vendedor de muebles, en una oficina y en una imprenta.

Sus inquietudes lo llevan, en 1954, a ser locutor de radio, presentador, escribir libretos, incursionar en la faz informativa, actor y destacarse como periodista en el semanario Marcha de Montvideo.

Es en Perú que debuta como cantor, el 20 de febrero de 1964. "No tenía ni un peso, pero sí muchos amigos. Uno de ellos, César Durand, por sorpresa me incluyó en un programa de TV, y me obligó a cantar. Canté dos temas y cobré 50 dólares. Fue una sorpresa para mí, que me permitió reunir algunos pesos?" contaba Zitarrosa. En 1965 debuta en el Auditorio del SODRE (Servicio Oficial de Difusión Radioeléctrica) en Montevideo que lo catapulta para ser invitado, en 1966, al famoso Festival de Cosquín, Argentina, al que vuelve en 1985.

Con su presencia pública surge una de las grandes voces del canto popular latinoamericano. Estilo varonil de gruesa voz gruesa, acompañado de guitarras, un sello que lo caracterizará toda su vida.

Su público apoyo e integración al Frente Amplio trajo como consecuencia que lo relegaran de las programaciones radiales y televisivas, primero, y el exilio, después, en la época de la dictadura uruguaya.Al levantarse la censura a su producción artística, Zitarrosa se instala en Buenos Aires. Brilla en tres presentaciones en Obras Sanitarias en julio de1983. Al año siguiente vuelve a Uruguay. El 31 de marzo de 1984 es recibido por una manifestación tan masiva que es catalogada como histórica. "La experiencia más importante de mi vida" sentenció Zitarrosa. Algunas de sus producciones cantadas y vueltas a cantar por el pueblo, son Doña Soledad, Pa´l que se va, Crece desde el pie, Recordándote, Stéfanie, Adagio en mi país, Zamba por vos, El violín del Becho y Guitarra Negra.

En sus canciones hay un alto componente de vivencias personales, de la niñez rural, de la ausencia de su padre biológico y del adoptivo, Durán, y de quién recibió el apellido. Tres padres. Entre ellos "la herida", la ausencia de su padre biológico, que lo acompaña siempre. La "herida" está presente en una de sus últimas canciones, Pájaro Rival, premonitoria de su cercana muerte.

(Prensa Ecuménica)

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