Martes 20 de Enero de 2009 Edicion impresa pag. 36 > Deportes
RÍO SUELTO: Muchos mitos

El fútbol suele generar sus mitos para justificarse a sí mismo. Relatos e ideas que sólo funcionan en el contexto futbolero y que no encuentran correlato en otros ámbitos deportivos.

· 2-0, el peor resultado. Debe ser el fútbol (en realidad lo es) el único deporte en el cual ir ganando con semejante amplitud es lo peor que puede ocurrir. En el último Apertura, más del 90 % de las veces que un equipo ganaba 2-0 terminó finalmente ganando el partido, o sea?

· 0-0, el partido perfecto. ¿Partido sin goles, partido perfecto? ¡Partido aburrido! ¿Quién podría pagar una entrada sólo para ver cuán solvente es el zaguero y malo el delantero? Si no hay goles, entonces fallaron los atacantes y ya no hay perfección posible. Sólo para aquellos que sostienen un fútbol a partir del miedo y arman los equipos sólo con defensores es que un partido sin goles es el perfecto. Allá ellos, por acá siempre esperaremos un diluvio de goles, gambetas, ataques y contraataques.

· Las pulsaciones a mil? El rugby es algo más que un deporte de contacto, sin embargo nadie nunca justificó un golpe porque tenía las pulsaciones a mil. En el fútbol, en cambio sí. ¿Tienen relación la velocidad cardíaca con cometer una torpeza? Lo increíble es que todos se justifican con las pulsaciones a mil: los jugadores cuando dan una patada; los DT, que no corren ni juegan, cuando insultan desaforados; los hinchas cuando escupen a un lineman... ¿Por qué no pasa en otros deportes? Mejor hagámonos cargo de nuestra estupidez y ya.

· El árbitro nos perjudicó. Es lo primero y lo único que dicen los futbolistas cuando explican una derrota. Los tipos pudieron haberse errado todos los goles y los defensores haberlas pifiado todas, pero todo se desvirtuó con aquello lateral mal cobrado. Muchachos? Los fallos (y sus fallas) de los árbitros son tan parte del juego como los disparos a la tribuna de los delanteros.

· El árbitro tiene que pasar inadvertido. Imposible. ¿Cómo puede pasar inadvertido un tipo que su trabajo es interrumpir el juego. Claro, debe hacerlo cuando corresponde. El árbitro depende de cómo se comporten los futbolistas y si pasa inadvertido es porque decidieron jugar antes que pegar. Ahora, sobre buenos o malos árbitros es otra discusión.

 

JUAN MOCCIARO

jmocciaro@rionegro.com.ar

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