Frente a una multitud enfervorizada calculada en más de un millón de personas frente al Capitolio, el presidente electo Barack Obama asumió el martes como el 44° presidente de la nación y el primero de raza negra, un suceso histórico transmitido en vivo a todo el mundo por televisión, internet y radio.
"Ahora entendemos bien, que estamos en medio de la crisis'', dijo Obama en discurso de toma de posesión. "Nuestra nación está en guerra, contra una extensa red de violencia y odio. Nuestra economía está muy debilitada, como consecuencia de la codicia e irresponsabilidad de algunos, pero también por nuestro fracaso colectivo al no haber tomado decisiones difíciles y preparar a la nación para una nueva era'', agregó Obama.
"Se han perdido viviendas, han desaparecido trabajos y se han cerrado negocios. Nuestro sistema de salud pública es demasiado costoso, nuestras escuelas fallan demasiado, y cada día trae evidencia fresca de que la manera en que usamos la energía fortalece a nuestros adversarios y amenaza a nuestro planeta''.
El alba de la nueva era demócrata del país _ con los aliados políticos de Obama en control de ambas cámaras del Congreso _ pone fin a ocho años de control republicano, con George W. Bush en la Casa Blanca.
Bush deja Washington DC como uno de los presidentes más impopulares de la historia, provocador de divisiones internas, arquitecto de dos guerras inconclusas y el hombre que estuvo a cargo del país durante una calamidad económica que dejó a miles de estadounidenses sin trabajo, ahorros y vivienda.
Con una mano en la Biblia sobre la que rindió juramento Abraham Lincoln y ante una multitud que atestó el National Mall, el mismo lugar donde el activista negro Martin Luther King hijo habló de sus sueños sobre la igualdad racial, el político demócrata de 47 años prestó juramento ante el presidente de la Corte Supremo John Roberts. "Felicitaciones, señor presidente'', le dijo Roberts. La esposa de Obama, Michelle, y sus pequeñas hijas Sasha y Malia observaron la escena.
En su discurso de toma de posesión, a unos metros del presidente saliente Bush, Obama dijo que Estados Unidos debe elegir a "la esperanza por encima del miedo, a la unidad de propósito sobre el conflicto y la discordia'' para superar la peor crisis económica desde la Gran Depresión. "Hoy estoy aquí con humildad frente a la tarea ante nosotros, agradecido para la confianza que ustedes me han dado, consciente de los sacrificios llevados por nuestros antepasados'', declaró Obama.
Con la economía en una larga y profunda recesión, Obama dijo que es el momento para tomar rápidamente medidas intrépidas para crear trabajos nuevos y colocar los cimientos para el crecimiento. Los demócratas en el Congreso han preparado un plan de estímulo de 825.000 millones de dólares, que consiste en reducciones fiscales y gastos en caminos, puentes, escuelas, redes eléctricas y otros proyectos.
"La pregunta que nos hacemos hoy no es si nuestro gobierno es demasiado grande o demasiado pequeño, sino si funciona'', dijo el nuevo presidente. Obama quebró una barrera racial al convertirse en el primer presidente negro, en un país sumido en graves problemas económicos y guerras en dos países lejanos.
Obama y Bush viajaron juntos en una limusina al Capitolio para la transferencia del poder, en una caravana de automóviles blindados desde la Casa Blanca, donde Bush invitó a tomar café a Obama, el vicepresidente electo y sus respectivas esposas.
Una multitud en ambos lados de la calle desafió el frío invernal para ver el desfile de automóviles hacia el evento histórico. La presencia de fuertes medidas de seguridad fue evidente durante el recorrido, con una línea de agentes de pie frente a los espectadores.
Mientras centenares de miles de personas atestaban el National Mall, una zona de jardines y monumentos nacionales en el centro de Washington DC, para presenciar la toma de posesión de Obama, el hombre en el centro de la vorágine empezó el día callada y reverentemente, con un servicio religioso en una iglesia al lado de la Casa Blanca.
Obama y su familia asistieron por la mañana a un servicio privado en la iglesia episcopal de San Juan, una tradición para quienes están a punto de rendir el juramento presidencial. La familia del vicepresidente electo Joe Biden también asistió. Barack y Michelle Obama saludaron a los espectadores y entraron a la iglesia entre los aplausos de unas 200 personas. El coro y la congregación empezó a cantar el himno "O God Our Help in Ages Past'' (Oh Dios, nuestro socorro en el ayer).
Se trata del primer traspaso de gobierno desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. La multitud colmó el National Mall de extremo a extremo, desde el monumento a Abraham Lincoln hasta el Capitolio estadounidense, para atestiguar la histórica juramentación del primer presidente negro del país.
Dos años después de haber empezado como un poco conocido senador federal por el estado de Illinois con un nombre que sonaba a extranjero, Obama llegará a la Oficina Oval de la Casa Blanca como el cuarto presidente más joven de la nación, con 47 años, y el primero afroestadounidense, un logro que hasta hace poco se creía imposible para varias generaciones de minorías étnicas de la nación.
De acuerdo con la costumbre, los Obama y los Biden fueron directamente de la iglesia a la Casa Blanca a tomar café con Bush y su esposa Laura. Michelle Obama llevó un obsequio a la primera dama saliente en una caja blanca decorada con una cinta roja. Bush _ siguiendo la tradición _ dejó una nota para Obama en el cajón superior de su escritorio en la Oficina Oval.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Dana Perino, dijo que el tema del mensaje _ que Bush escribió el lunes _ era similar a lo que él ha dicho desde la noche en que se supo el resultado de las elecciones: que Obama está a punto de empezar un "nuevo y fabuloso capítulo'' en Estados Unidos, y que le desea lo mejor.
Fuente: AFP