SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Pese a que el sospechoso apresado el sábado por la mañana aún no fue sometido a ruedas de reconocimiento, las autoridades creen que es muy probable que el detenido por la violación en los jardines de la Catedral, Claudio Hardy Maldonado Mansilla, es el mismo que violó a la turista israelita el viernes por la tarde.
Mientras el juez de turno analiza las evidencias y somete al sospechoso a ruedas de reconocimiento, probablemente esta mañana, avanzan las pericias científicas para establecer la vinculación del detenido con los dos recientes hechos de violación denunciados.
Las características físicas del detenido, sumado a la utilización de un arma blanca y la modalidad de taparle la cabeza a la víctima, son circunstancias de peso para sospechar que se trata de la misma persona, pero las autoridades tienen otros elementos de juicio, de indudable valor, porque cuando perseguían a un sospechoso por los bosques cercanos al cerro Campanario, durante el rastrillaje posterior a la agresión sexual, hallaron una prenda que el fugitivo habría arrojado mientras huía.
Prueba importante
Esa prenda podría ser reconocida por la primera víctima o contener material genético que la relacione con el detenido.
No son muchos los hechos de violación ocurridos o iniciados en la vía pública, pero los autores, en su mayoría, cometieron más de un hecho.
Uno de los últimos violadores juzgados y condenados circulaba por la avenida Bustillo y se ofrecía para llevar en su auto a las víctimas, o las obligaba a ascender mediante amenazas, para violarlas luego dentro del vehículo.
Esto es parecido a lo que hacía otro hombre, conocido como "el violador del auto rojo", que recorría la ruta que une la avenida Bustillo con el camino de acceso al Catedral, hacía subir a mujeres que hacían "dedo" y las violaba luego de amenazarlas con la réplica de un revólver.
Otro condenado más recientemente, también casado y con hijos como los anteriores, abordó a una chica de 18 años cuando salía del CRUB de la Universidad del Comahue, la llevó hasta un descampado en el barrio La Cumbre y la sometió durante 40 minutos. Veinte días después amenazó con su arma en pleno centro a una mujer que se dirigía a su trabajo, la obligó a acompañarlo hasta la costanera y allí la violó.