PARK CITY, Utah, EE. UU. (AP) - Morgan Freeman se sintió decepcionado cuando se enteró de que su secundaria en Charleston, Mississippi, todavía realizaba bailes de graduación separados para estudiantes blancos y negros. Así, ofreció pagar por una fiesta para todos. Eso fue en 1997 y a la escuela le llevó 11 años aceptar el ofrecimiento del actor.
El documental dirigido por Paul Saltzman, "Prom Night in Mississipi´´, se estrenó el sábado como parte de la competencia internacional de documentales en el Festival Sundance y presenta los problemas que enfrentó Charleston el año pasado a medida que la comunidad se preparaba para su primer baile de graduación multirracial.
La medida se produjo 54 años después que la Corte Suprema fallara en favor del grupo de demandantes representados por Oliver L. Brown, un padre de familia afroamericano, contra el Departamento de Educación de Topeka, Kansas, caso que puso fin a la segregación racial en las escuelas, y más de 30 años después que estudiantes negros empezaron a asistir a la Escuela Secundaria de Charleston, a la cual antes sólo podían asistir blancos.
Freeman se enteró de la celebración de los bailes separados cuando habló con los estudiantes próximos a graduarse en 1997. El ofrecimiento fue del agrado de los alumnos, pero la directiva de la escuela y los padres de familia hicieron caso omiso de él. "Como que es decepcionante´´, dijo Freeman. "En el pequeño poblado en que vivimos -realmente éste es un pueblo pequeño- no sé como se puede vivir en un lugar tan pequeño y tratar de vivir separados´´.
Saltzman, originario de Toronto, conoció a Freeman en el 2006 en una visita a Mississippi, donde había trabajado un par de meses empadronando votantes durante el movimiento por los derechos civiles a mediados de la década de 1960. Saltzman entrevistó posteriormente a Freeman para otro documental en el que el director está trabajando, éste sobre su viaje de regreso al sur de Estados Unidos. Una vez que se enteró del ofrecimiento de Freeman para realizar un baile sin segregación racial en Charleston, Saltzman consideró que eso cambiaría sus planes de filmar. "Le pregunté sin pensarlo, ´¿el ofrecimiento sigue vigente?´ Y eso lo tomó por sorpresa un poco (a Freeman) y dijo ´Oh, de acuerdo´´´, dijo Saltzman.
"Pensé, si usted está dispuesto a presentar el ofrecimiento nuevamente y seguimos el desarrollo de las cosas, entonces tendremos una historia sobre jóvenes y actitudes raciales, que ciertamente haría que otros jóvenes salgan de la sala oscura de un cine y reconsideren sus propias posiciones y creencias´´, agregó.
Con permiso de las autoridades escolares, Saltzman filmó a Freeman al realizar la propuesta inicial a la administración del plantel y al reunirse con los alumnos próximos a graduarse, quienes recibieron con mucho agrado el ofrecimiento. Saltzman y su esposa, la productora Patricia Aquino, pasaron unos cuatro meses filmando en Charleston durante los preparativos para la celebración.