Los últimos bajones de presión de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, no se debieron simplemente al calor, sino al agravamiento de un cuadro depresivo que desde hace meses tiene el rango de "secreto de Estado". Así lo afirma una nota en la última edición de la revista "Noticias", después de recoger varios testimonios, entre ellos el de uno de los médicos de Cristina, que la atiende desde hace años y aceptó hablar con la condición de que no se revelara su nombre.

"¿Una semana en cama por una lipotimia? No fue eso, la verdad es que Cristina no está bien emocionalmente", explica en la nota el facultativo, quien se mostró indignado con la "ligereza" que su colega Luis Buonomo -responsable de la Unidad Médica Presidencial- explicó lo que le sucedió a la mandataria.

"Buonomo es cirujano, su fuerte no es la medicina preventiva y entonces pasan estas cosas. El médico de cabecera de un presidente debería ser alguien más sistémico. Buonomo vive en Río Gallegos y sólo la acompaña a Cristina en los viajes al exterior", completó la fuente.

El médico también dice que "esto es un secreto de Estado desde hace meses. Cristina no está bien, viene teniendo un cuadro depresivo. Con el año de gobierno que tuvo, en realidad la entiendo perfectamente".

Otros episodios

Como contexto y para entender los problemas de salud de la presidente, la nota también repasa los trastornos y vicisitudes que en algún momento pudieron afectar su psiquis y, en consecuencia, su rendimiento intelectual y físico.

En este sentido, se detallan entretelones de episodios como el de los cacerolazos frente a la Quinta de Olivos.

"Ahí hubo que medicarla. Ella estaba muy alterada", confiesa el médico que se atrevió a hablar con la revista, quien asegura que Cristina también tuvo "una crisis" después del voto no positivo del vicepresidente Julio Cobos en el Senado.