BUENOS AIRES (ABA) . - La condena verbal del ex presidente Kirchner contra los ambientalistas entrerrianos que bloquean el tránsito, en protesta contra Botnia, es un "hecho aislado" y "no un cambio de política del gobierno en relación a los cortes de ruta". Así lo observa el analista Rosendo Fraga, quien en diálogo con "Río Negro" puso como ejemplo la actitud menos concesiva en la ciudad de Colón -con despliegue de Gendarmería- respecto de Gualeguaychú, donde "como el corte tiene más consenso la actitud del gobierno es diferente".

La forma distinta en que se maneja el oficialismo ante esos dos bloqueos para Fraga se debe, por un lado, a que los sondeos muestran el "aislamiento" de los manifestantes en la zona que une Colón con Paysandú; pero al mismo tiempo a una estrategia que "apunta a modificar el veto uruguayo a la elección de Kirchner como titular de la Unasur". La idea -redondea el director de Nueva Mayoría- sería que solucionando los cortes desaparece el problema principal que afectaba la relación entre el kirchnerismo y Uruguay.

La titular de Analogías, Analía del Franco, descree que el gobierno vaya a desarrollar "acciones específicas" contra los cortes que comunican a la Argentina con Uruguay, aunque considera que "dada la situación que se vive y la crisis de este año, se va a asistir a un endurecimiento del discurso que puede repercutir en una menor tolerancia frente a los hechos".

Entrando en un año electoral, la administración Kirchner advirtió un cambio gradual pero sustantivo en el humor social. "Cuando la situación económica es relativamente tranquila existe como un apoyo silencioso a las demandas, pero cuando se incrementan los problemas ese consenso es sustituido por un mensaje implícito: si salimos todos a reclamar por cuestiones puntuales caemos en un caos", sintetiza Del Franco.

En el caso de los ambientalistas entrerrianos, desliza Del Franco, la percepción del gobierno es que la protesta "llegó a un punto en que no daba para más, como parte de un proceso largo, agotado, y con el resultado sobre la mesa de que los cortes no llevaron a nada".

También sobre los bloqueos en Entre Ríos, Fraga puntualiza que si bien los mismos "nunca contaron con apoyo mayoritario a nivel nacional, en un momento sí lo tuvieron en lo provincia, pero ahora lo han perdido; a la vez que -tanto en Colón como en Concordia- surgieron ya hace meses movimientos sociales que impidieron los cortes por el costo económico que generan en las respectivas localidades".

Fraga comparte con Del Franco que el escenario cambiante no implica que se vaya a emplear la fuerza de parte de las autoridades. "El síndrome del puente Avellaneda sigue vigente, lo propio ocurrió en junio del 2008 en relación con (Alfredo) De Angeli cuando fue detenido, al igual que con los ruralistas de San Pedro", recordó el director de Nueva Mayoría.

El rechazo creciente a la interrupción coactiva de la libertad de transitar, no implica que estemos ante el principio del fin de ese mecanismo como forma de protesta social. Especifica Fraga: "La mayoría de la población está en contra de los cortes, aunque pueda justificarlos en algunas circunstancias como la sufrida por los desempleos en 2002 y el campo en 2008. Que se levanten los cortes de Entre Ríos hoy tiene apoyo no solo de la mayoría de la población del país, sino también en la misma provincia. Al mismo tiempo, el corte de Villa Constitución donde convergió una seccional combativa de la UOM y la FAA, muestra que esta forma de protesta sigue vigente". Más allá de reconocer el impacto del contexto social, Fraga sostiene que no existen apoyos lineales o automáticos hacia los cortes. "Un aspecto vital -advierte- es como logra comunicarse quien protesta".

El especialista también destaca que los movimientos piqueteros se han insertado en el contexto político y social. "Parte del movimiento fue cooptado por el oficialismo; Castells hoy se acerca a Carrió, y la CCC apoya los reclamos de la Federación Agraria".