Si no hubiera un equipo como Volkswagen en el medio, el Rally Dakar debería tener hoy una definición apasionante. Entre Giniel De Villiers y Mark Miller hay dos minutos de diferencia. Pero, después de lo que pasó con Carlos Sainz, la escudería alemana no asumirá riesgos.
Ayer los tres Race Touareg tenían más que perder, que ganar. Por eso, Volkswagen eligió una estrategia cautelosa. Después de cumplir 4 kilómetros, De Villiers y Miller se pararon dejar pasar a Robby Gordon, quien asumió la responsabilidad de liderar la caravana y esperaron a su compañero de equipo Dieter Depping.
No se pudo comprobar si el golpe táctico de VW influyó en Gordon, pero lo cierto es que su Hummer se vio forzado a hacer una parada de unos veinte minutos en el km 30.
Los avatares del principio dejaron fuera de juego a los protagonistas de la general, para ceder el protagonismo a un grupo de pilotos con ansias de fama. Dos especialistas en rally, Guerlain Chicherit y Krisztof Holowczyc, registraron los mejores tiempos intermedios. Todo pasó antes de que apareciera Joan "Nani" Ro-ma, más afortunado que el pasado jueves, cuando llegó al vivac con un motor destrozado en mitad de la noche.
Después de una noche de "reparaciones", Roma aceleró con todo hasta ganar la etapa en los sinuosos caminos cordobeses. El último sobreviviente de Mitsubishi superó a Holowczyc y a Chicherit, por más de siete minutos.
Hoy se define la prueba y De VIlliers largará con 2m 20s de ventaja sobre Miller y 1h 27m en relación con Gordon.