JERUSALÉN.- En tres semanas de ofensiva en Gaza, Israel ha asestado un duro golpe a la organización islamista Hamas y demostrado una vez más el poder de su Ejército. Pero pese a su ventaja militar, el Estado judío ha sufrido tales daños en su imagen que, en un balance general, difícilmente puede hablar de victoria.
El primer ministro israelí saliente, Ehud Olmert, abandonará el poder después de las elecciones del 10 de febrero tras haberse responsabilizado de dos guerras. La primera, lanzada en julio de 2006, se dirigió contra Hizbollah en el Líbano, una milicia radical islámica que también lanzaba cohetes contra Israel y tenía atemorizada a la población del norte del país.
Sin embargo, el frente libanés se tornó complicado, más de 120 soldados cayeron en 33 días, y el público israelí se volvió contra la operación. Más tarde, un informe oficial atribuyó graves errores a la cúpula política y militar.
En la ofensiva en Gaza, Israel no ha conseguido devolver a casa al soldado Gilad Shalit, secuestrado en 2006, ni tampoco que cesen los ataques de cohetes palestinos. Pero Olmert registra un amplio apoyo entre la población por la ofensiva, que ha provocado fuertes daños a Hamas. Y en tres semanas han caído tan sólo diez soldados, mientras el Ejército ha destruido una multitud de túneles para el contrabando, depósitos de armas, prácticamente todos los edificios públicos y ha ido cercando a los líderes de Hamas en Gaza.
Israel acabó el jueves con el ministro del Interior de Gaza, Said Siam, uno de los más destacados dirigentes de Hamas. Según la televisión Al Yazira, otro de los máximos líderes, Mahmud al Zahar, se encuentra asediado por el Ejército. El ex primer ministro Ismail Haniya ya no emite como en días anteriores mensajes televisivos desde su escondite.
Sin embargo, Israel ha recibido fuertes críticas a nivel mundial por unas cifras y unas imágenes que hablan por si solas.
De entre los más de 1.130 muertos palestinos registrados hasta hoy casi la mitad son niños y mujeres. También las relaciones entre Israel y la ONU han sufrido un duro revés. El Estado judío ignoró el alto el fuego exigido por el Consejo de Seguridad, atacó una escuela de la organización dejando más de 40 muertos y el jueves, coincidiendo con una visita del secretario general Ban Ki Moon a Israel, bombardeó su central en Gaza.
El diario "Haaretz", una de las pocas voces críticas entre la prensa israelí, consideró ayer que "el nivel de presión que el Ejército israelí ha estado ejerciendo en Gaza puede estar oprimiendo a Hamas, pero está destruyendo a Israel, destruyendo su alma y su imagen". (DPA)