MOSCÚ.- Rusia estimó ayer que sólo una acción internacional puede poner fin a la "guerra del gas" y exhortó a los dirigentes europeos a viajar hoy a Moscú, mientras la Unión Europea (UE) daba rienda suelta a su cólera y se celebraba una minicumbre de Europa del Este en Kiev.
La Comisión Europea, visiblemente irritada, consideró que las negociaciones previstas para finales de esta semana constituyen para Rusia y Ucrania su "última oportunidad" para probar su voluntad de resolver la crisis.
"Se ha agotado la paciencia" de los Estados europeos, dijo el jefe del gobierno checo, Mirel Topolanek, cuyo país ostenta la presidencia de la UE. Como muestra de la intensa actividad diplomática puesta en marcha, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, estaba ayer en Alemania para mantener discusiones centradas en el aprovisionamiento de gas a Europa.
Recién llegado a Berlín, Putin pareció tender una mano a Ucrania al declararse dispuesto a "ayudar a sus socios ucranianos" sin "tratar de saber quién tiene razón y quién está equivocado". Pero luego, en una rueda de prensa tras sus reuniones con la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro ruso y ex jefe del Estado acusó a la UE "de apoyar de hecho a Ucrania, que viola sus obligaciones de tránsito". Merkel, por su parte, anunció que se está discutiendo una "fase de prueba" para restablecer los suministros de gas ruso hacia Europa entre grandes grupos energéticos.