LONDRES.- Los mercados mundiales respiraron ayer con un síntoma de alivio ante la nueva inyección de fondos federales al Bank of America, el mayor de Estados Unidos, ante el aumento de las pérdidas causadas por la adquisición de la banca de inversiones Merrill Lynch.
Los mercados de todo el mundo sufrieron cuantiosas pérdidas esta semana ante los renovados temores de la salud financiera del sistema bancario global, que se hizo más aguda el jueves poco antes de ser anunciado el nuevo plan de rescate del Bank of America.
Sin embargo, la confirmación de que el gobierno estadounidense inyectará 20.000 millones de dólares en el Bank of America a cambio de acciones preferenciales y respaldará 118.000 millones de dólares en créditos de dudosa solvencia alivió el nerviosismo de los mercados y aportó una nueva y necesaria dosis de optimismo.
Optimismo que es más que necesario, ya que los indicadores negativos se siguen reproduciendo en EE. UU. y el mundo. Ayer la economía estadounidense registró la inflación más baja de los últimos 50 años, reflejo de la profunda recesión que afecta al país, mientras que el Citigroup anunció pérdidas netas de 8.290 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2008.
El Departamento de Trabajo de la Casa Blanca informó ayer que en diciembre pasado se registró una tasa de inflación interanual del 0,1%, su nivel más bajo desde hace más de 50 años.
Los precios al consumidor bajaron en diciembre en un 0,7% con respecto al mes anterior. En noviembre, la inflación mensual en Estados Unidos se había reducido en un 1,7%.
Por otra parte, tras dar a conocer pérdidas netas por 8.290 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2008, el Citigroup anunció ayer la venta de una parte de la entidad. Citigroup, que anotó números rojos por quinto semestre consecutivo, anunció en Nueva York que sus pérdidas ascendieron a un total de 8.290 millones de dólares el último trimestre.
El que fuera el banco más grande de Estados Unidos señaló no obstante en un comunicado que prosigue con su determinación de ponerse "en forma".
El banco se dividirá en dos unidades operacionales, medida que se considera como despedida definitiva de un grupo con actividades en todos los sectores financieros.
Debido a los reveses de los últimos meses, la entidad podría optar también por destituir a su presidente, Vikram Pandit, según algunos medios estadounidenses.
Los nuevos planes de Citigroup prevén la escisión de las partes problemáticas del banco, que cuenta con activos tóxicos y diversas actividades comerciales controvertidas, así como créditos a consumidores privados. Por otro lado, el núcleo de la entidad se centrará en las actividades clásicas de gestión bancaria, con representaciones en más de 100 países. (DPA/AP/Télam)