Viernes 16 de Enero de 2009 Edicion impresa pag. 31 > Deportes
Derrape "Matador"
Sainz dejó escapar la gran posibilidad de ganar el Dakar. Tenía 27 minutos de ventaja. Ahora manda De Villiers.

Primero fue una oveja, luego una falla a 200 metros de ser campeón del mundo y ayer, un hoyo mal señalado: Carlos Sainz sumó una nueva pálida que le impidió ganar el Dakar sudamericano, cuyo triunfo tenía al alcance de la mano. "La carrera estaba en el bolsillo, teníamos mucha diferencia", dijo, abatido, luego del derrape y posterior abandono.

Parado en el fondo de un terraplén de cuatro metros, donde se hundió la esperanza, su gesto era de rabia e impotencia. Al lado, su Volkswagen, en condiciones de seguir pese al vuelco. A pocos metros, su copiloto, Michel Perin (fue internado y dado de alta ayer a la tarde), atendido de una lesión en el omóplato izquierdo.

Sainz disponía de 27 minutos de ventaja sobre su compañero Mike Miller gracias a un gran trabajo, que incluyó seis victorias en diez pruebas especiales. Había superado el desierto de Atacama con la fortuna de la suspensión el miércoles de una dura etapa. Pero ayer la suerte le fue esquiva.

Y sumó en su historia de infortunios. En el 2004, el "Matador" anunció su retiro del Mundial de Rally después de 18 años, durante los cuales logró dos títulos. Ostentaba el record de victorias con 26 y 95 podios hasta que llegó el francés Sebastien Loeb. "Es un cambio en mi vida para poder dedicarme a mi familia", dijo cuando se fue y en el recuerdo quedaron los duelos con Juha Kankkunen, Didier Auriol, Colin McRae o Tommy Makkinen.

Pero los aficionados tampoco olvidaban las múltiples desgracias que sufrió el español. Una oveja que se cruzó en el peor momento en Nueva Zelanda, y sobre todo, aquel Rally de Inglaterra en el que su coche se quedó parado a 200 metros de la meta, cuando iba a proclamarse campeón mundial. Todos esos incidentes ilustran la memoria de sus fans.

"Si fuera de una manera seria y con un proyecto serio, me plantearía hacer el Rally Dakar", dijo en el 2004. Lo convenció el poderoso equipo Volkswagen, que confió en él para batir al intocable Mitsubishi.

Fue undécimo en el 2006, noveno en el 2007. En el 2008, la carrera se suspendió en África. El año 2009, en Argentina-Chile, era su momento, pero su esperanza se hundió en un hoyo de cuatro metros de profundidad.

Mientras tanto, el sudafricano Giniel De Villiers pasó por caja, y la hizo completa: ganó el parcial Fiambalá-La Rioja y también manda en la general. (DPA/AR)

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