SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Las críticas volcadas al municipio por la saturación y las deficiencias de servicios en la terminal de ómnibus recibieron una respuesta tajante del intendente Marcelo Cascón. "Tenemos la terminal que Bariloche supo conseguir después de años de no hacer nada al respecto", dijo el mandatario.
El jefe comunal recordó que "la terminal es la misma desde hace decenas años y quedó lejos de ser una solución provisoria mientras se construía la terminal definitiva de la ciudad".
Cascón dejó fuera de su evaluación la incómoda situación generada por el cierre de la única confitería que existe en la estación, que ayer quedó preadjudicada a Leandro Weiss. Mediante la resolución 63/09 el Ejecutivo rechazó la impugnación de interpuesta por Martín Enevoldsen, desestimando sus cuestionamientos sobre la oferta ganadora.
Cascón informó ayer la intención de realizar obras para mejorar las actuales instalaciones y de buscar "alternativas" para la construcción de una nueva terminal, tras haber cerrado la licitación para la presentación de proyectos y tierras lanzada por sus antecesores. "Decidimos desactivar aquella licitación o concurso para la presentación de proyecto con tierra que derivaba luego en el llamado a una segunda etapa para la construcción, todo un proceso inconcluso que se resolvió desde la Asesoría Letrada porque nunca se llevó adelante" explicó.
La compulsa quedó desestimada por el desarrollo urbano planteado para la zona de Circunvalación y el Ejecutivo inició gestiones ante la provincia para extender la terminal sobre las tierras del ferrocarril, proyecto asociado al trazado de una nueva vía de ingreso a la ciudad.
"Estamos en conversaciones con la provincia para firmar un convenio que le permita a la municipalidad acceder a todas las tierras de ferrocarriles, en un trabajo común con la provincia, para promover una serie de construcciones que la ciudad necesita, entre ellas la terminal" dijo.
Sobre las mejoras detalló que "estamos buscando un financiamiento que nos permita resolver problemas como el techado de las dársenas (construídas sobre el estacionamiento este) y el mejoramiento de las instalaciones, una serie de medidas que no son inmediatas, porque requieren una inversión que la municipalidad no estaba en condiciones de hacer hasta el momento".
En los útlimos días, signados por la mayor afluencia turística, la terminal se convirtió en el peor portal de entrada a la ciudad. Su reducida infraestructura planteó incomodidades a los pasajeros que, en las horas pico, no encontraban asientos, debían hacer cola para acceder a los sanitarios y ni soñar con un café, porque la confitería lleva cinco meses cerrada.