SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Ayer fueron inhumados en el cementerio Valle del Descanso los restos del menor Nahuel Esteban Caipillán, quien murió ahogado el miércoles por la tarde en cercanías del "puente negro" sobre el río Ñirihuau, a unos 20 kilómetros del centro de la ciudad.

En la zona donde ocurrió el accidente abundan los "pozones" profundos en el curso del río, que se alternan con sectores de escasa profundidad, y el chico se habría arrojado dentro de uno de esos pozos para tratar de auxiliar a su hermanita menor, según versiones de otros acampantes, y después no logró aferrarse a una orilla.

Los testimonios indican que ni la chica ni Nahuel sabían nadar, aunque lograban mantenerse a flote en los lugares donde no lograban hacer pie.

A Nahuel logró sacarlo del agua instantes después de su inmersión otro joven que también se divertía junto al Ñirihuau, pero pese a que lo trasladaron con urgencia al Hospital Zonal no llegó con vida.

La muerte del menor sumió en un desconsuelo absoluto a la familia Caipillán, que hace 12 años sufrió otra pérdida similar.

El 5 de abril de 1997 un tío de Nahuel, Leopoldo Caipillán, se ahogó en las aguas del Nahuel Huapi al volcar la canoa que tripulaba junto a otro joven.

En relación con el accidente, varios años después la Cámara Primera del Crimen condenó a Javier Pérez a 4 años de prisión por homicidio preterintencional, porque entendieron que a Caipillán lo habían golpeado antes de ahogarse.