Jueves 15 de Enero de 2009 Edicion impresa pag. 26 > Sociedad
Mirada a la prehistoria en un parque de El Hoyo
Es una nueva propuesta para turistas y lugareños en El Pedregoso, sobre Ruta 40. Hay esculturas de animales del pleistoceno y del cretácico en tamaño natural.

EL HOYO (AEB).- Desde hace apenas una semana, Arco Sauria se ofrece a turistas y lugareños como una alternativa para hacer un viaje por el tiempo y conocer prácticamente en su hábitat a los animales de la Era del Hielo que poblaron la región hasta hace unos 10.000 años y que llegaron a convivir con las primeras culturas humanas.

Se trata de un emprendimiento gestado por dos familias, complementado por un quincho donde sirven corderitos al asador y venden la cosecha de su propia granja orgánica, incluyendo cerezas y frambuesas frescas, dulces, licores y frutas envasadas.

En la entrada del parque, el visitante se encuentra con réplicas en tamaño natural de toda la fauna del pleistoceno, como un mastodonte andino, el tigre dientes de sable, los antecesores más directos del guanaco y hasta el milodón, un gigantesco perezoso de 4 metros de altura.

Cabe señalar que diversas tribus dejaron pruebas de su paso por la zona, comenzando por los hombres que poblaron Monte Verde (cerca de Puerto Montt) hace unos 15.000 años y que llegaban hasta aquí buscando animales de sangre caliente. Lo hacían a través del río Puelo, a solo tres o cuatro días de caminata desde la Comarca Andina.

En los últimos años, los trabajos arqueológicos de la Universidad de Chile descubrieron los restos de sus viviendas, migas de alimentos vegetales y hasta los huesos de esta mega fauna americana.

Volviendo a Arco Sauria, un poco más adelante, en medio del bosque y en las costas del río Epuyén, hay otro espacio reservado para el período cretácico, con dinosaurios y aves en tamaño real que despiertan la admiración de los adultos y el asombro de los chicos.

Con el fondo imponente de las paredes rocosas del cerro Pirque, un carnotaurus carnívoro muestra la fiereza de su aspecto, en tanto que en el agua otros herbívoros parecen aún vivir mientras los patos nadan a su alrededor y las truchas saltan sin miedo alguno.

Disimulados bajo la arboleda, el titanis y el anhanguera -ambos rapaces de fiero aspecto-, compiten con un condorraptor del Jurásico. La vegetación de sauces, saucos, maitenes, pitras y cipreses completan un cuadro que abstrae totalmente de los problemas mundanos.

"Buscamos crear en nuestros visitantes impresiones y sensaciones de aventura, ilusión y recreación en un recorrido por las esculturas en tamaño real, de los animales más destacados que habitaron en la prehistoria de lo que hoy es la Patagonia", le explicarán en la entrada del predio, ubicado en El Pedregoso, en el kilómetro 1891 de la ruta pavimentada a Esquel.

Ya de vuelta en el complejo, el paseo se prolonga con la charla distendida y los frutos rojos sobre la mesa.

En ese marco, pruebe de convencer al dueño de casa, Carlos Segovia, para que le muestre un huevo auténtico de dinosaurio que encontró en una excursión por las montañas cercanas.

Allí también le contarán que una vez que llegue el otoño y los turistas se marchen, el lugar se convertirá en un espacio para el esparcimiento de los lugareños y la educación de los chicos de las escuelas de la zona, todo en una experiencia tan emocionante como divertida.

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