Nadie pone en duda la legitimidad que pueden llegar a tener los reclamos salariales de los trabajadores de la fruta.

El problema está en la forma y el momento en que se aplica la medida de fuerza.

La toma compulsiva de los galpones de empaque y el impedimento a la salida de fruta para exportar son síntomas que muestran la decadencia que está sufriendo la Argentina como sociedad. Se vulneran los principios básicos de la libertad sobre la propiedad privada.

Éste es uno de los más importantes principios sobre los que se asienta la organización del mundo democrático. Es a la democratización de este principio que el mundo desarrollado le debe gran parte del éxito que le conocemos. Es también el responsable directo del crecimiento económico de los países modernos. Pero pareciera que en la Argentina este principio no funciona.

A la fecha se encuentra cosechado el 5% de las 350.000 toneladas de peras William´s existentes en las plantaciones, con una presión en fruta de 18 libras promedio. En la temporada pasada, con esta misma presión, el porcentaje de cosecha tocaba el 40%. Se debe tener bien en claro que, si la fruta no entra en el galpón en los próximos días, se pierde. Y estamos hablando de cientos de millones de dólares en juego que terminarán por afectar a toda la actividad en su conjunto y no sólo a los empresarios de la región, como piensan algunos gremialistas.

Muchos productores hoy tienen frenada su cosecha porque los galpones no están tomando la fruta. "Mucha pera se va a perder por problemas que ya existen en el mercado. Es suicida presionar en este momento con un paro", confió uno de los empresarios regionales al ser consultado por el tema.

La irracional lucha entre dos sectores terminará afectando a todo el sistema frutícola.

Todos perdemos, eso es lo que la actividad debe tener en cuenta.

JAVIER LOJO

jlojo@rionegro.com.ar