LONDRES (DPA).- El príncipe Harry no sufrirá un castigo importante por sus declaraciones racistas sobre un compañero de armas. En vez de medidas disciplinarias, el tercero en la línea del trono sólo recibirá un fuerte llamado de atención de su superior. El joven de 24 años tiene a su favor el haberse disculpado, el hecho de que sus palabras ofensivas datan del 2006 y que desde entonces ha tenido una buena conducta en las Fuerzas Armadas. Harry había llamado a un compañero paquistaní "paki", algo que en el Reino Unido es un término muy peyorativo. |